La noche zaragozana se alumbró gracias a una multitud de estrellas. No solo brillaron aquellas que decoran con hermosura el cielo de la capital del Ebro, también lo hicieron las principales figuras del deporte aragonés. El ayuntamiento acogió la XVIII Gala del Deporte Zaragozano, a la que asistieron numerosas instituciones del mundo deportivo, así como directivos o representantes de sus respectivos clubs. Aunque, entre tanto astro aragonés, deslumbró Ruth Beitia, que recibió la medalla al Mérito Deportivo Ciudad de Zaragoza.

Ruth se postró bajo ante el público para recoger su condecoración con su sonrisa cálida y afable. No hizo el mismo ritual que empleaba antes de cada prueba. No pidió el aplauso del público como hacía antes de competir, ya que el público rompió en aplausos cuando ella, emocionada, tomó el premio con sus manos y se dirigió al público. «Gracias por hacerme sentir de Zaragoza. Es para mí un orgullo increíble recoger este premio ya que todo lo que soy es gracias al atletismo», dijo la campeona olímpica. Su paso por Zaragoza no fue un trámite, puesto que fue en la ciudad aragonesa donde vivió uno de los hechos más emocionantes de su infancia: «En Zaragoza fue la primera vez que fui campeona de España en categoría cadete, por eso es un gran orgullo para mí venir aquí a recoger este galardón», comentó.

Hubo espacio para todo tipo de astros. Aquellos que brillan desde arriba, como es el caso de Alfonso Mateo, Víctor Gil o Juan Murillo Rodríguez, que recibieron la distinción en el recuerdo; o aquellos que se despedían del deporte profesional, como Rubén Gracia Cani, Carlos Clos Gómez o Fernando Vila. Estuvo presente Esther Briz, la primera mujer en quedar campeona del mundo júnior de remo, o Nuria Mallada, ariete del Zaragoza CFF y campeona del mundo de pesca con España.

Julián Delmás fue otra figura de presente, pero de mayor futuro. El propio Cani aseguró que el joven zaragozano «tiene un gran futuro en el fútbol y en el Zaragoza». El Béisbol Miralbueno también tuvo su condecoración por el mérito que supone su irrupción en el deporte zaragozano. También se homenajeó a aquellos socorristas que actúan por las diferentes instalaciones. Cayo Muñoz, Ángel Vicioso, María Delgado, Rafael Solís o Teresa Perales, todos ellos tuvieron su recompensa, como brillantes astros que integran el vasto cielo del deporte aragonés, menos Carlos Mayo, que fue campeón de Europa sub-23 y quedó en el olvido.