El oasis de Taghia es uno de los grandes paraísos de la escalada de grandes paredes en Marruecos. Se encuentra en un poblado bereber del Alto Atlas a 2.000 metros de altura. Es una zona plagada de grandes cortados y ríos que forman agresivos cañones y barrancos. Hasta allí fue el pasado mes de abril un grupo de aventureros aragoneses. Eran Dani Moreno, Daniel Fuertes, Alejandro Gimeno y Alejandro Bada. «Teníamos alguna vía en mente, pero el objetivo era escalar. No teníamos un plan fijo establecido», dice Moreno. Fueron de Barcelona hasta Marrakech y en cinco horas un taxi les llevó a Zaouiat Ahansa. «Unos burros nos llevaron el material hasta Taghia, mientras nosotros fuimos andando. Este sitio tiene un potencial brutal para escalar y los primeros en ir hasta allí fueron los franceses en los años setenta», indica Dani Moreno.

Este escalador ya conocía este territorio salvaje puesto que fue con Alejandro Gimeno y Álvaro Lafuente hace tres años. «Hicimos una vía muy dura, que era Tábula Rasa y que no tenía repetición. Hicimos la primera vía libre de 8b de dificultad y 220 metros de longitud. Se nos hizo de noche arriba y nos tuvieron que venir a rescatar. También realizamos otra vía tan conocida como Les rivieres pourpres, de 500 metros, y Fantasía, una ruta muy recia en libre a vista de 800 metros en 7b+, 7c», recuerda Moreno.

El escalador zaragozano se quedó impresionado de su primera visita a Taghia. «Es un sitio brutal. Hay unas paredes de una calidad de roca que solo se encuentra allí. Es un lugar muy cómodo, en el refugio pagas media pensión y es muy barato todo. Las paredes se encuentran entre 20 minutos y hora y media de distancia del refugio. Las vías se hacen entre seis y ocho horas y las actividades son muy completas», indica Moreno.

Los zaragozanos fueron a escalar en la primavera. «A partir de mayo hace mucho calor y no se puede escalar. Siempre hemos ido en abril y hemos triunfado. Escalar estas vías con calor y sol es inviable», afirma.

Las características de la roca son muy peculiares. «No hay nada parecido en Aragón y se asemejan al Naranjo del Bulnes. A tramos es muy rojiza. Es una caliza muy compacta, la mejor del mundo para escalar. La roca es muy franca y muy buena». Estuvieron nueve días. «Hicimos un total de seis rutas. Escalamos Fata Morgana, una vía de 7c de dificultad y 500 metros de longitud, y L’ Axe du Mal, un 7c de 500 metros de longitud. Esa vía nos quedó pendiente y no la escalamos en el primer viaje. Es una de las míticas», afirma Moreno.

L’Axe du Mal tiene una pendiente muy mantenida. «La hicimos los cuatro. Alejandro Gimeno y yo íbamos adelante. Bada y Fuertes, detrás. La actividad total fue de diez horas y siete de escalada. Trepamos en manga corta y con un forrito fino», explica Moreno. Dani Fuertes pudo liberar la vía. «No se colgó de la cuerda y liberó cada uno de los largos de la vía. Yo, sin embargo, me caí», añade el escalador.

Moreno y Gimeno sí que pudieron liberar Fata Morgana. «Esta sí que la hicimos en libre. No es tan recia como L’Axe du Mal, pero es bastante cañera», afirma el escalador zaragozano. Moreno tiene en la actualidad 29 años. En edad escolar disputó varios Mundiales de escalada de dificultad y ha ocupado los primeros puestos de la Copa de España en la categoría absoluta. Ahora es responsable del Centro de Tecnificación de Escalada de la territorial. En los últimos tiempos se ha dedicado a las grandes paredes en los Alpes, Venezuela, Marruecos y Colombia. «En julio quiero escalar en los Alpes el Pilar de l’Angle con Álvaro Lafuente. También me desplazaré a Ordesa y viajaré a las paredes de Red River Gorges en Kentucky», concluye.