Nadie quiso pronunciarse al respecto. Normal. Los accidentes mortales deben analizarse con detenimiento y averiguar las causas por las que se han producido. Pero no cabe duda de que la muerte, ayer, del catalán Enric Saurí, en las primeras horas de las 24 Horas de Cataluña de resistencia, que empezaron en el Circuito de Montmeló, a las 12 en punto del mediodía, llega en el peor momento de la historia del prestigioso, popular y concurrido circuito.

Justo un año después de perder la vida el joven Luis Salom (3 de junio del 2016), en los primeros ensayos del viernes del GP de Catalunya, puntuable para el Mundial de motociclismo, en la curva 12 del trazado catalán, se produce el fallecimiento de Saurí, casi tan incomprensible como el del joven mallorquín.

Saurí, de 33 años, que deja mujer y un bebé de poco más de dos años, habitual piloto en competiciones caseras, entre aficionados, pero considerado por todos los que le conocían «como un buen piloto y experto en carreras», se estrelló al final de recta, a altísima velocidad, saliéndose recto, casi sin trazar la primera curva de derechas de Montmeló y estrellándose contra las protecciones, siempre montado en su Yamaha, sin hacer gesto alguno de querer tirarse de la moto o provocar su caída, como habitualmente hacen los profesionales, justo antes de impactar con el muro o las protecciones.

No hay, de momento, explicación alguna a la salida de pista de Saurí ni, mucho menos, a la manera que impactó contra las protecciones. En lugar de iniciar la trazada hacia la derecha, «atravesó, incomprensiblemente, la escapatoria en diagonal», señalaron fuentes del circuito, que reconocieron además que el piloto de Granollers «sufrió un importante impacto presentando múltiples lesiones de carácter crítico, lo que generó una situación de inestabilidad, obligando a trasladarle, inmediatamente, vía terrestre, al Hospital General de Granollers, donde falleció», añadieron. La muerte de Saurí se produce en un momento en el que los pilotos de MotoGP han cuestionado la seguridad del trazado catalán y ya han amenazado con ver con buenos ojos que Montmeló quede descartado del Mundial 2018, si no reasfalta la pista y soluciona la mortal curva 12 donde se produjo el accidente que acabó con la vida de Salom.

Ahora se suma el accidente de Saurí, que todo parece indicar que pudo deberse a un fallo mecánico, tal vez a una avería en los frenos, tal y como le ocurrió, con idéntica moto, al finlandés Nico Makinen, de 23 años, que, éste sí, decidió saltar de su moto, el pasado año, en ese mismo punto (final de recta) y a 300 kilómetros por hora, en el campeonato de Europa de Superbikes.

La muerte de Saurí eleva a diez los pilotos españoles fallecidos en competición desde 1965. En la historia del motociclismo sobresale por su accidentalidad el popular trazado urbano de la Isla de Man (Reino Unido), donde más de 150 pilotos han perdido la vida desde que comenzó a disputarse el Tourist Trophy en 1907, entre ellos el español Santiago Herrero, muerto el 10 de junio de 1970, dos días después de sufrir un grave accidente.