Eric Abidal levantó ayer la cuarta Copa de Europa del Barcelona al cambiarse los papeles con el capitán, Carles Puyol, en un emotivo gesto de sus compañeros. El jugador galo, que superó esta misma temporada un tumor de hígado y luchó contra viento y marea para la final de anoche, fue el encargado de recoger el trofeo por iniciativa de sus propios compañeros.

Después de un desfile divertido para recoger sus medallas, saludar al príncipe Felipe y mirar de reojo al pasar esa Copa, los jugadores del Barcelona se intercambiaron el trofeo e incluso se lo colocaron de sombrero. Sólo hubo uno que se adelantó al resto. El brasileño Dani Alves no aguantó y, nada más verla, todavía expuesta, pero ya grabada con el nombre del Barcelona, saltó para plantarle un beso.