La inexplicable y bochornosa derrota del domingo causó sorpresa y desazón en el Tecnyconta Zaragoza y provocó una reunión de urgencia en el vestuario aragonés. La habitual charla postpartido del técnico se alargó más de lo habitual y estuvieron también los pesos pesados del club, incluido el presidente Reynaldo Benito. El objetivo fundamental de la misma fue intentar levantar la moral del grupo después de semejante varapalo, así como recordar a los jugadores que no pueden bajar la cabeza pese a las adversidades y transmitirles también tranquilidad para afrontar la decisiva recta final de la temporada en la que deben salvar la categoría. La entidad no piensa tomar ninguna medida de carácter disciplinario ni se plantea hacer más cambios en la plantilla.

La situación es preocupante y difícilmente explicable. No tanto la derrota del domingo como la imagen ofrecida por el equipo, porque el club observó un buen trabajo de los jugadores durante toda la semana y entiende que cuenta con un grupo comprometido e implicado. Por eso, el principal problema que detecta la entidad es la falta de confianza total y absoluta de los jugadores a estas alturas de la temporada y es ahí donde quiere poner el foco ahora. En recuperar la moral y el estado anímico de un grupo que, además, ni está construido ni acostumbrado a pelear por no descender.

Esa es la principal preocupación ahora mismo en el Tecnyconta Zaragoza, que también entiende que no todo es una cuestión de confianza y tiene detectados más problemas. El club también considera que el equipo ha llegado a estas alturas con un mal trabajo defensivo que hace que los jugadores no tengan las cosas claras y aunque valora muy positivamente el trabajo de Luis Guil al respecto dando unas pautas y unas normas básicas al grupo, también entiende que no puede construirse un sistema defensivo desde cero en tres semanas, que son las que el sevillano lleva al frente del equipo.

Además, son varios los jugadores que han arrastrado problemas físicos durante todo el año, un contratiempo originado, a juicio del club, en la distribución de las cargas de trabajo, que con Andreu Casadevall se concentraban en largas sesiones por la mañana. Con Luis Guil ha cambiado ese reparto y el equipo hace trabajo físico y tiro por la mañana y táctico por la tarde. La semana pasada llevó a cabo nueve sesiones de entrenamiento. Con todo eso el único objetivo del Tecnyconta Zaragoza ahora mismo es salvar la temporada y evitar el descenso. Para eso el club cuenta con que aún debe enfrentarse a rivales directos, Joventut, Manresa y Estudiantes y que ahí va a jugarse todas sus cartas.