Distrito SW19, Church Road, Wimbledon, si alguien quiere mandar un mensaje de felicitación a Roger Federer, esa es la dirección. La carta no se perderá. En el All England Tennis and Croquet Club de Londres tiene un pequeño rincón de una hierba impoluta hasta que llega el mes de julio, de 23,77 por 8,23 metros, en el que ha plantado su raqueta desde que ganó en el 2003 y se ha convertido en el gran señor de La Catedral del tenis.

Ayer domingo, 17 de julio del 2017, a las 15.52 hora local, fue entronizado como Roger VIII de Wimbledon tras conquistar su octavo título y aumentar su leyenda, convirtiéndose en el primer tenista de la centenaria historia de ese escenario mágico que lo logra, superando al estadounidense Pete Sampras y al legendario británico William Renshaw, que lo consiguió hace casi un siglo y medio, cuando este deporte empezaba a jugarse en los campos ingleses para pasar el verano.

Federer logró el récord de récords al vencer al croata Marin Cilic por 6-3, 6-1 y 6-4, en una hora y 41 minutos y sin la épica que merecía su triunfo. Su rival no pudo plantarle cara por culpa de unas ampollas en los pies que arrastraba desde las semifinales del viernes. Con 6-3 y 3-0 en contra, el gigante croata (1,98 metros), se sentó en su silla sin poder evitar las lágrimas ante su impotencia física. Solo siguió en la pista para no destrozar una fiesta en la que era el malo de la película.

«Jugar con una lesión es muy cruel. Eres un héroe», le dijo Federer al final del partido. Minutos antes, sin excederse, el ocho veces campeón se dio un paseo triunfal por su jardín preferido para decepción de los 15.000 espectadores que llenaban la central, que se quedaron sin ver la batalla que se prometía antes de la final. No era su problema. Nadie le iba a desmerecer su retorno triunfal a Wimbledon, donde no ganaba desde el 2012. Cinco años de espera y derrotas para recuperar el título a los 35 años y 343 días, el campeón de más edad del torneo. Y lo hizo como nunca. Sin perder un set en todo el torneo, un tal Bjorn Borg fue el último en conseguir la proeza. Federer se anotó además un nuevo Grand Slam, ya van 19.