Celedonio García es el sabio del pedestrismo en Aragón. Este aragonés lleva vinculado a esta especialidad desde que a los 18 años fichó por Helios siendo júnior. Ahora tiene 56, memoria de elefante y un saber enciclopédico de la cultura aragonesa. Es profesor de educación física en el instituto Benjamín Jarnés de Fuentes de Ebro y ha escrito 30 libros de cultura y tradiciones aragonesas, la mayoría con su inseparable José Antonio Adell, con quién llegó a dar medio centenar de charlas al año.

Aún recuerda como si fuera ayer el primer pollo que disputó en su vida. «Fue en Castejón de Monegros en el año 1979. Me llevó Miguel Ángel Panivino. Era en un campo de fútbol en el que no había ni una sombra, un cubo de agua con la que nos refrescábamos, estaba todo el pueblo y había un nivelazo. Ganó Eleuterio Antón, segundo fue Abel Perau y tercero José Antonio Adell. Nos fuimos a las ocho y media de la mañana tras estar de verbena», recuerda.

García nació en la localidad toledana de Menaslabas hace 56 años. Comenzó a correr tardíamente. «Jugué a fútbol en el Seminario de Huesca, la Universidad Laboral y el San Gregorio. Recuerdo que disputé mi primera carrera en el campo de fútbol del Seminario. Tenía 12 años». Tiempo más tarde ya practicó atletismo más en serio. «El primer año que fiché por el Helios ETA mató en un atentado en Madrid al júnior José Manuel Juan Boix. Me entrenaba Emilio Guzmán junto a Juan José Rodríguez Rújula y Jesús Gaitán», explica.

Por aquellos años las figuras del fondo aragonés eran Javier Cortés, José Luis Mareca, Eduardo Artigas, Manuel Martínez y Manuel Esteban. Estos competían en el atletismo federado, mientras García se fue inclinando cada vez más por las carreras en las fiestas de los pueblos. Se convirtió en un consumado pollero y llegó a disputar en un verano hasta 40 carreras. «Siempre recordaré el pintoresco escenario de la era de Alcolea de Cinca, correr en la ermita de Pauls en Tarragona, el ambiente en los inicios de la carrera de Monzón, el espectáculo de Aniñón...». Mucho han cambiado estas carreras con el paso de los años. «Antes la gente lo había vivido toda la vida y hablaba con pasión de los corredores. Pero ya han fallecido y ahora los jóvenes no han vivido esa tradición», afirma.

Un libro irrepetible

Todas estas vivencias las plasmó en el libro titulado El pedestrismo en Aragón. Lo publicó junto a José Antonio Adell en 1987. «Era normal que lo escribiéramos. Corríamos por todos los pueblos, teníamos la misma afición y similar formación y en los pueblos nos contaban historias». De todos los corredores que ha conocido, no duda en escoger al turolense Pedro Sierra. «Fue campeón de España de maratón en tres ocasiones. Era un líder y un ídolo. Junto a José Molins montaba buenos espectáculos en las carreras. La gente quería lucha y rivalidad», reconoce García.

Hace 15 años que dejó de correr y en los últimos años ha sido el animador de una veintena de carreras por todo Aragón. «Además de llevar la megafonía, soy asesor. Destacaría a los atletas marroquís. Van directamente a por el premio y se olvidan del espectáculo de antaño». No sabe quién será su sucesor. «Es posible que se pierdan. Ahora la moda es el running. Los corredores buenos buscan en los pollos el premio en metálico y en las carreras populares se paga por participar», concluye el investigador.