Se sabe fuera de la lucha por el título pese a que, matemáticamente, aún tiene posibilidades. "Es casi imposible, no solo debo ganar las tres carreras que restan, también necesito que Márquez y Dovizioso cometan errores y eso no ocurrirá. No a estas alturas del Mundial". Maverick Viñales (Figueres, 12 de enero de 1995) está muy dolido, despistado y enfadado, pues empezó arrasando y ha terminado con una moto que tiene un comportamiento errático.

-Quien le diría que, pasados unos meses, estaría tan desesperado, tras dominar la pretemporada y ganar, con una mano, las dos primeras carreras en Qatar y Argentina. Pues sí, quien me lo diría. Pilotar la Yamaha en el inicio del Mundial era un placer. Hacia lo que quería con ella. Luego, Michelin cambió los neumáticos y nos hemos liado mucho, cambiando piezas, el chasis y buscando la manera, desesperada e inútilmente, de solucionar los problemas de agarre en la rueda trasera, especialmente en agua.

-¿Soñó con ganar el título? No, nunca, porque la intención siempre fue, desde el inicio del Mundial, pensar carrera a carrera, adaptarme a la Yamaha y disfrutar en la medida que fuese competitivo. Daba lo mejor, como ahora, igual que ahora, e intentaba hacer el mejor resultado posible en carrera. Hombre, es evidente que cuando vas tan bien y tan rápido, a veces te pasa esa idea por la cabeza, pero no, no.

-Recuerdo que al llegar líder a Holanda, dijo: ‘sí, soy líder, pero Marc está solo a 28 puntos’. Acertó en su temor, sabía a quien temer, ¿no? Pues sí, lo tenía clarísimo porque tanto Marc como Honda llevan años haciendo unas segundas mitades de temporada muy buenas. El año pasado, cuando parecía que Jorge (Lorenzo) y Vale (Rossi) se le habían escapado, los atrapó, tanto que se proclamó campeón, de nuevo, tres carreras antes del final. Su final de campaña está siendo muy bueno.

-¿Intuye quién será campeón? El piloto más inteligente, aquel que sepa y pueda pensar más cuando esté encima de la moto. Yo creo que puede ganar cualquiera de los dos, pero Marc sigue siendo el más completo de todos, tanto en agua como en seco, y el líder del Mundial, así que hay que intentar batirle a él.

-¿Le sorprende que Márquez, con tres ceros (lo nunca visto) y 23 caídas, sea líder del Mundial? No me sorprende, porque en las últimas nueve carreras ha logrado cuatro victorias, tres segundos puestos y un tercero, solo falló en Inglaterra donde, por cierto, estalló el motor de su Honda. Repito: grandes segundas partes de temporada.

-Y todo eso arriesgando mucho. Pues sí, arriesgando mucho. Yo no arriesgo tanto como Marc, la verdad. No quiero lesionarme. Cualquier caída significa un riesgo de lesión más y yo pretendo reducir esa posibilidad, intentando estar dentro de mis límites. Es su estilo y le funciona. Si yo corriese como Marc, seguro que me haría daño. Creo hay muchos pilotos que piensan eso.

-Desde el parón veraniego, no ha vuelto a liderar un solo GP. Los demás han evolucionado mucho y nosotros nos hemos estancado. No hemos conseguido dar un salto en la puesta a punto de la moto, tampoco en el desarrollo del nuevo chasis y ahora recogemos los frutos de eso. No es normal, no.

-¿Cómo juzga su primer año en Yamaha, sustituyendo a todo un tricampeón como Jorge Lorenzo? Creo que está siendo bueno. Hemos estado delante, hemos ganado carreras, he llegado al final con posibilidades de ganar el título, cierto, escasas, pero con posibilidades matemáticas de conseguirlo y, por supuesto, siempre quieres más. Por eso no me rindo nunca, ni siquiera ahora.

-También tiene difícil ser subcampeón del mundo. ¿Le duele? Me duele, pero tanto Marc como Andrea están haciendo un gran final de temporada. Con la actual parrilla de MotoGP, que es brutal, con muchos pilotos buenos y campeones, acabar entre los tres primeros me parece un gran resultado en mi primer año con Yamaha. Ahora mi objetivo es redondear la temporada siendo la primera Yamaha, eso me encantaría. No me engaño, estoy aquí para ganar el Mundial y, si no lo consigo este año, seguiré trabajando duro para lograrlo en el 2018.

-Si pudiese, ¿qué cambiaría de todo lo que le ha ocurrido? No se puede ¿verdad?, así que no le demos demasiadas vueltas. Pero, si se pudiese, intentaría evitar las caídas que fueron culpa mía. Esos errores sí intentaría evitarlos. Me decepcioné conmigo mismo, y mucho, en Austin (EEUU), porque era una de las pistas en las que más ganas tenía de ganar y la pifié en la segunda vuelta. Y también en Assen (Holanda), porque allí di el tope y no salió bien. Esas dos carreras me castigaron en la clasificación y me dolió mucho. Del resto del año estoy muy contento porque, cuando la moto ha funcionado, he estado delante, peleando por la victoria o, incluso, ganando.

-Cuando anunció que compartiría box con Valentino Rossi, todo el mundo pensó que el 'Doctor', tarde o temprano, le haría la guerra psicológica, como ha hecho con el resto de compañeros de escudería. Yo estoy contento, muy contento, en el equipo. Tanto por parte de Valentino como por mi parte hay un respeto mutuo grande y nos llevamos muy bien. Los dos estamos aquí para pilotar e intentar ganar.