Esto va en serio y existen pruebas. Cuando desde hace unos días los mercados financieros globales son tan reincidentes en forzar los índices a la baja de las bolsas de las principales economías mundiales (que todavía son EEUU-Europa-Japón, al menos por las monedas que les apoyan) es que algo han olido, no en vano son especuladores en busca de la mejor presa. Y esta vez son los más sofisticados: los que apuestan que la economía global va a ir a peor, y si no es así, acaban forzando que se cumpla. En la bolsa española, protagonista muy menor de los grandes movimientos inversores, se ha vivido otro nuevo capítulo, aunque solo a nivel local: saber si el Ibex 35 perdía o no el nivel de los 8.000 puntos. Se quedó en los 9.927. Por poco.