Las aplicaciones y los contenidos digitales para dispositivos móviles se abren paso a toda velocidad en el tejido empresarial aragonés. Cada vez son más los emprendedores de base tecnológica que ven en el fenómeno de las apps un sector con un potencial enorme. Como ellos mismos reconocen, las oportunidades de negocio aún están por descubrir y pueden ser infinitas (la actividad ha movido este año cerca de 11.000 millones de euros). Solo en los nueve primeros meses del 2011 se crearon en España 12.000 aplicaciones, según un informe presentado en The App Date (el evento de referencia sobre la industria a nivel nacional). Un estudio que asegura que la cifra aumentará en el 2012 un 120% y que destaca que cada día los usuarios españoles se descargan un millón de aplicaciones.

"Las tablets y los móviles están sustituyendo a los ordenadores, un fenómeno que ha provocado que cada ves surjan más desarrolladores en Aragón", explica el director de proyectos de la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, Ricardo Pedrol. Sin duda, la mejor noticia es que estos proyectos están generando puestos de trabajo que, además, son cualificados. "La tecnología de la información requiere menos inversión que otros sectores y enseguida se crea empleo de calidad", apunta Pedrol.

La fiebre de las aplicaciones está provocando que la actividad demande ingenieros a un ritmo frenético. De hecho, las empresas están acudiendo a las universidades para reclutar y formar desarrolladores ante la escasez de profesionales.

VENTAJA COMPETITIVA Aragón cuenta en este sentido con un importante valor añadido que debería saber aprovechar, según dicen desde el sector. "En Zaragoza hay un ecosistema de innovación muy potente y, ademas, nuestras universidades sacan a gente muy preparada", subraya Pedrol, quien señala, no obstante, que la especialización posterior es fundamental.

Como indican desde la industria, muchas de las áreas de negocio aún están por explorar. Así, por ejemplo, las apps se han convertido en una de las pocas formas que tienen las pymes de entrar en los smartphones, un mercado muy opaco. "Las grandes compañías concentran la mayoría de apps, mientras que las firmas pequeñas suelen centrarse en el ámbito local", comenta María Jesús Perich, asesora en la Dirección General de Nuevas Tecnologías. De hecho, las empresas españolas dedican el 90% de sus recursos a la creación de apps para terceros y solo un 10% se destinan al desarrollo de productos propios.

El germen de la industria, que aún se encuentra en un estadio inicial, hay que buscarlo en el Iphone de Apple y en su tienda Applestore, en la que se venden aplicaciones que aparecen en forma de iconos. Google abrió después su mercado virtual para los smartphones con sistema Android, que va ganando terreno. Hoy, no todas las apps son tan conocidas como WhatsApp (de mensajes a coste cero) o Angry birds, pero parece que tampoco hace falta para alcanzar una viabilidad comercial. Por sitio no será: se estima que en el futuro habrá aplicaciones incluso en la nevera o el microondas. Ya lo dijo Steve Jobs allá por el 2008: los teléfonos han cambiado para siempre.