Elevado crecimiento de la economía y caída de precios. Los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tras la encuesta de población activa (EPA) publicada el jueves, dibujan un paisaje macroeconómico en principio favorable para la creación de empleo. Según el INE, la economía logró un avance del 3,2% en el 2015 (una décima menos de lo previsto por el Gobierno) al tiempo que la inflación ha estrenado el 2016 con una tasa negativa del -0,3%. Se trata de una combinación rara en la economía española, donde tradicionalmente las elevadas tasas de crecimiento siempre han estado acompañadas de altos niveles de inflación.

En concreto la economía española creció el 0,8% en el cuarto trimestre del 2015 en relación al tercero y el 3,5% respecto al último periodo del 2014. De media, el crecimiento económico del año pasado se cifra en el 3,2%, la mayor tasa desde el 2007, según el avance de datos de la Contabilidad Nacional Trimestral aún provisional que el INE precisará el 25 de febrero. Con todo, el avance trimestral del 0,8% implica cierta desaceleración respecto al ritmo alcanzado en primavera, del 1%, cuando se logró el pico de crecimiento.

"Para este año prevemos una prolongación de la fase expansiva, aunque a ritmos más moderados, gracias a la inercia positiva del fortalecimiento del consumo, la inversión y la creación de empleo", según el servicio de estudios de Bankia. "No obstante, es cierto que han aumentado los riesgos a la baja en el escenario, tanto externos como internos, entre los que se incluye la incertidumbre política", se añade en la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. El Gobierno prevé un crecimiento del 3% para el 2016 aunque el consenso de los servicios de estudios sitúa la previsión en el 2,7%.

En opinión del profesor de la escuela de negocios Esade Josep Comajuncosa el buen tono de la economía se va a mantener en el 2016, aunque con los riesgos derivados de la ralentización de la economía europea y la de los países emergentes.

RENTA DISPONIBLE El IPC, por su parte, ha retrocedido en enero el 1,9% en relación al mes de diciembre, de modo que la tasa anual de inflación vuelve al terreno negativo (tras el 0,0% de diciembre), hasta el -0,3%. Según el INE, este descenso se explica por la bajada de precios de la electricidad, aunque los detalles del indicador no se publicarán hasta el 12 de febrero.

La combinación de un crecimiento relativamente intenso del PIB con una tasa de inflación negativa conforman un escenario favorable para la economía española. El crecimiento ha impulsado la creación de 525.100 empleos en el 2015 (un aumento de casi el 3%), según la EPA publicada el jueves. La caída de precios, por su parte, puede favorecer una mayor competitividad de la economía y favorecer la mejora de la renta disponible de las familias, que ya se está beneficiando de la caída de precios del petróleo y de los carburantes.

En cuanto a los salarios, la inflación negativa tiene un doble filo. Los empresarios argumentan que en un entorno tan bajo de precios se puede prescindir de subidas salariales. Los sindicatos, por su parte, entienden que si la economía crece y no hay peligro de inflación, no hay razón que impida subir los salarios y redistribuir los beneficios a favor de los empleados. Aunque desde la perspectiva española se puede valorar como ventajosa una tasa de inflación negativa, Europa alimenta la preocupación del BCE.

En Europa, con un débil crecimiento, la preocupación de los políticos reside en el riesgo de deflación (caída persistente y generalizada de precios que puede desencadenar una recesión). Según el dato de ayer de Eurostat, la inflación en la zona euro creció en enero hasta el 0,4%.