Las estrellas nacen en nubes de gas y polvo, llamadas nebulosas. Su material se condensa y calienta hasta que, de esa misma nube, nace un grupo de soles. Son regiones tan agitadas y violentas que las estrellas salen despedidas de ellas y se alejan a enormes distancias. Podemos ponernos optimistas y concluir que la vida surge de las condiciones más hostiles. Nos podría animar, de cara a esa nebulosa en la que están inmersas la Unión Europea y España. Es más, de las estrellas masivas que pueblan las nubes cósmicas surgen burbujas, origen de otras estrellas de menor tamaño.

No sería difícil hacer un paralelismo con Alemania y el resto de países. Pero, antes de dejarnos llevar por la euforia conviene recordar que, igual que nacen muchas estrellas en las nebulosas, otras mueren por las violentas reacciones que se producen en ellas. No está de mal recordarlo: al fin y al cabo, el Ibex 35 cayó ayer el 0,54%, hasta los 8.426 puntos. La prima de riesgo llegó a caer de los 360 a los 340 puntos básicos, pero como la cosa no pintaba bien subió a última hora de la sesión hasta rondar los 350. Y es que, por más que Merkel sacó a la palestra su rostro más amable y apostó por medidas para impulsar el crecimiento y reforzar el fondo de rescate, el mar de fondo sigue siendo turbio. Para muestra, Fitch aseguró que el BCE debería incrementar la compra de deuda de países con problemas con el fin de evitar un "cataclismo" del euro. Las estrellas también mueren en la cuna, tengámoslo en cuenta.