Este descenso de la facturación es mucho mayor al registrado en el conjunto del país, en el que las ventas bajaron el 1,4%, hasta 2.663 millones de euros, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) publicados por la Federación de Asociaciones de la Automoción (Faconauto).

Los zaragozanos que compraron un automóvil en mayo desembolsaron una media de 21.032 euros, el 4,9% menos que en el mismo mes de 2006, mientras que los españoles, en su conjunto, gastaron 21.884 euros, el 2,9% más que hace un año.

La patronal asegura que el precio de los coches sube por debajo del Índice de Precios de Consumo (IPC), aunque reconoce que "la subida de tipos de interés y la incertidumbre generada sobre su evolución futura están retrayendo el consumo", debido, principalmente, al alto endeudamiento de los hogares.

Faconauto confía en que el sector inmobiliario logre un "aterrizaje suave", y por tanto se despeje definitivamente "el peligro de explosión de la burbuja que, junto con posibles nuevas subidas de tipos, estaba sembrando cierta inquietud en el sector automovilístico".

De hecho, la caída de las matriculaciones en mayo "confirma la tendencia a la baja del mercado automovilístico, muy sensible a la evolución de los tipos de interés y al nivel de confianza del consumidor".

La patronal considera que "el dinamismo sostenido de la actividad económica española sólo conseguirá paliar parcialmente el retroceso de las matriculaciones de turismos" en el conjunto del año, en la que podrían bajar en torno al 1,3%.

Respecto a las características de los automóviles comprados en mayo, Faconauto advierte de que se trata de coches "más potentes pero también más contaminantes".

La eficiencia energética de los motores disminuyó ligeramente, un 0,45%, hasta situarse en 17 kilómetros recorridos por cada litro de combustible.

La potencia media de los automóviles comercializados subió el 2,6%, hasta 119,8 CV.

Este incremento de la potencia media provocó que las emisiones medias de dióxido de carbono por coche matriculado en mayo se situaran en 158 gramos por kilómetro recorrido, lo que supone "un nivel muy por encima de los objetivos a alcanzar por las marcas", reconoció la patronal.

La Unión Europea (UE) ha fijado un límite de 140 gramos por kilómetro recorrido para 2008, y de 120 gramos a partir de 2012.