Montar un negocio para salir de las listas del paro e incorporarse de nuevo al mercado laboral había sido una práctica muy utilizada por los aragoneses durante los años de crisis, pero parece que esta tendencia empieza a cambiar. El perfil del emprendedor «por necesidad» cayó el año pasado en la comunidad cerca de diez puntos, hasta representar el 25,2% del total de nuevos autónomos. Con todo, el peso de este grupo sigue siendo mucho mayor que en 2008, cuando tan solo el 13,5% aseguraba crear su empresa como el camino más corto hacia el autoempleo.

Así se desprende del informe GEM, el más importante que se elabora en España sobre emprendimiento, y cuya edición aragonesa se presentó ayer en la Facultad de Economía de Zaragoza dentro de la celebración de la Semana de la Persona Emprendedora.

La caída de la figura del nuevo empresario por necesidad ha sido importante respecto al 2014, cuando representó el 34,2% del total de emprendedores. Aunque asegura que todavía es pronto para hablar de un cambio de tendencia, el coordinar del estudio en Aragón, Lucio Fuentelsaz, explica que la recuperación económica ha podido influir en este descenso. «Si la gente ve que las cosas mejoran, su confianza en encontrar un empleo por cuenta ajena también crece, tiene más paciencia y no se lanza a montar un negocio tan a la desesperada», indica Fuentelsaz, que es catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Zaragoza.

Lógicamente, la caída el año pasado del emprendimiento por necesidad hizo que subiera el número de personas que decide constituir una empresa porque ha identificado una oportunidad de negocio. A este perfil respondían en el 2015 el 75% de los emprendedores aragoneses, frente al 60% del 2014. No obstante, este porcentaje aún sigue siendo inferior al del 2008 (82%). «Los negocios que crean estos nuevos empresarios suele sobrevivir más tiempo», apunta Fuentelsaz.

Según el informe GEM, el perfil del emprendedor en Aragón es el de un hombre de unos 40 años con titulación universitaria y que apuesta por el comercio y los servicios.

El estudio señala, por otra parte, que la tasa de actividad emprendedora en la comunidad (el porcentaje de población adulta que declara estar involucrada en la creación de un negocio) alcanza el 4,2%, frente al 5,7% del conjunto del país.