--¿Qué modelo de ciudad quiere para Zaragoza?

--Que recupere las prioridades de cualquier ciudad que quiera liderar el crecimiento económico y cuide a las personas. Eso pasa por recuperar los servicios públicos de calidad y una buena gestión.

--¿Qué planes tiene para los nuevos barrios, que en algunos casos se han quedado a mitad camino en su desarrollo?

--Habrá que ir dotándolos de equipamientos. Y lo que no tiene ningún sentido es rechazar inversiones de 20 millones de euros y 200 puestos de trabajo como el colegio de Valdespartera. Hay que construirlo entre todos. Lo que hemos vivido esta legislatura es el exponente de la antipolítica, lo que nunca se debe hacer: frenar inversiones.

--¿Si es alcalde no se hará la segunda línea del tranvía?

--Nosotros queremos más autobús. El 80% de los ciudadanos siguen yendo en autobús y el 20% en el tranvía. Hay que diseñar un nuevo plan de movilidad. Y se debe hacer con una amplia participación ciudadana. Nuestros elementos determinantes son dos: una red de autobuses distinta a la de ahora y el tranbús, que es un proyecto estratégico de alta capacidad de este y a oeste.

--¿Cómo se puede articular la participación para saber qué prefiere la ciudadanía para desplazarse por Zaragoza?

--Lo que cabe en cualquier plan de movilidad es la sensatez y la cordura; eso pasa por saber que este ayuntamiento no tiene capacidad para financiar una inversión de 250 millones, que es la línea del tranvía. A partir de ahí, hay que diseñar modelos que sean sostenibles económicamente y ambientalmente. Y eso pasa por el autobús, pero con vehículos más modernos, no los que siguen circulando por Zaragoza. No es difícil el consenso sobre este planteamiento, sobre todo porque en esta ciudad, los vecinos saben que es necesario más autobús. Yo así lo he vivido durante estos cuatro años.

--¿Por qué la movilidad está siendo uno de los temas centrales de la campaña?

--Porque es quizás lo que más ha empeorado. Me sorprende que el PSOE no quiera hablar de esto. No sé si han cambiado de criterio, pero lo cierto es que hay un millón de euros que serán para tirarlos. Zaragoza ha pasado de ser la segunda con mejor transporte a la segunda peor, en cuatro años.

--En fiscalidad, ¿qué medidas plantean?

--Este ayuntamiento ha incrementado la presión fiscal durante estos cuatro años. El crecimiento ha sido brutal, y se ha concretado en el IBI y en Plusvalía. Nosotros planteamos una bajada. ¿Hasta dónde? Hasta el límite legal posible, el mínimo, a lo largo de la legislatura. No pactaremos con nadie que no quiera bajar los impuestos, esta es una de nuestras líneas rojas. Además los ciudadanos de Zaragoza ya no pueden soportar más un IBI tan alto. A mí lo que me gustaría es que el candidato del PSOE --Carlos Pérez Anadón-- diga si está dispuesto a pactar con quien dice que quiere subir impuestos.

--¿Y cómo se hace para equilibrar las cuentas?

--Partimos de la base de que bajando no se desequilibran las cuentas. Por dos motivos: la actividad económica se está incrementando, es evidente y hay margen para reducir gastos con la supresión de determinados patronatos o determinadas subvenciones que se han dado por imposiciones de CHA o IU.

--¿Harán una auditoría si gobiernan en el ayuntamiento?

--Las cuentas de este ayuntamiento no son fiables, así que es necesaria una auditoría. No dicen la verdad, y eso nos lo ha dicho la Cámara de Cuentas. Dice que hay un agujero de más de 300 millones y que las cuentas no expresan la imagen fiel. Queremos una auditoría, y pública.

--¿Se puede garantizar que no habrá recortes en los servicios con la bajada de impuestos?

--Lo que he visto hasta ahora es un incremento de los impuestos y un encarecimiento de los servicios públicos. Ahí está la contrata del bus, con 153 despidos y con indemnizaciones, algo que no ha hecho ninguna otra Administración. La ciudad está sucia... Con más recursos, este ayuntamiento ha tenido prioridades que no han pasado por la política social. Se han destinado las subvenciones a los intereses que han convenido al tripartito.

--¿Qué quiere hacer en política social?

--Reordenar los recursos humanos porque se está gestionando mal. Queremos acabar con esos programas que pueden hacer otras entidades privadas con un coste mínimo. Y destinaremos más dinero a las ayudas de urgente necesidad con una reducción de plazos de atención. No puede ser que se tarde 100 días; ha habido negligencia.

--¿Qué medidas tiene previstas para generar empleo?

--Diseñar un escenario propicio. Haremos una ordenanza para emprendedores, con bonificaciones para los que empiezan. Sobre todo liderar una ciudad y la apuesta por las nuevas tecnologías. Uno de los errores que ha cometido este ayuntamiento ha sido no diseñar el futuro. Pensar es gratis.

--¿Considera prioritario la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)?

--Es imprescindible repensar el urbanismo de la ciudad. La burbuja inmobiliaria pinchó y hay que volver a un modelo en el que se recuperen todas esas partes de Zaragoza que han envejecido. Nosotros propusimos los planes integrales por barrios.

--¿Se ve gobernando con Ciudadanos?

--Ciudadanos no es mi rival. Mis rivales son el PSOE y la extrema izquierda. Ciudadanos es una segunda marca. Nosotros pactaremos con la moderación. Es ciudad para alcanzar su futuro necesita un cambio tranquilo, no la izquierda radical.

--¿Les están pasando factura los cosas de corrupción que tiene el PP en el ámbito nacional o en algunas comunidades autónomas?

--Evidentemente. No sé cuánta. Pero en Aragón no tenemos ni un solo caso y hemos gobernado en muchas instituciones estos cuatro años. Más preocupado tiene que estar el PSOE que ha tenido corrupción en Aragón, está condenado el alcalde de Mallén y Plaza es un escándalo con 200 millones investigados por la Fiscalía; el tranvía bajo sospecha...

--¿Cómo les afectarán las decisiones que ha tomado el PP en otras instituciones?

--No lo sé. Este país hace cuatro años estaba en una situación límite, muerto como quien dice, al borde del rescate, y ahora la recuperación es una realidad. Es algo que ya solo discute en este país la izquierda. Los mismos que no vieron la crisis y la negaron. Quizás no hemos explicado lo suficiente lo que se ha hecho. Se han tomado decisiones difíciles y nos pueden pasar factura, pero hemos gobernado para el interés general.

--¿Y la gente que ha participado en las mareas y que está protestando en las calles, cree que verá recuperación económica?

--Es verdad que hay gente que se manifiesta, pero existe una mayoría silenciosa que no lo hace. Yo niego la mayor: no creo que Aragón sea el furgón de cola. No me creo ese discurso catatrofista que ha articulado la izquierda desde el primer minuto. Según el informe del BBVA Aragón es la sexta comunidad que más invierte en servicios públicos. La izquierda puede decir lo que quiera.

--Si no llega a la Alcaldía y tiene que estar en la oposición, ¿seguirá cuatro años más en el ayuntamiento?

--Ni me lo planteo. Salgo a ganar.

--¿La única opción de pacto es Ciudadanos, o también el PSOE?

--Nuestro pacto es por la ciudad y por un cambio moderado. A mí me gustaría que esto lo clarificara el candidato del PSOE, si quiere pactar con Podemos, sí o no. Aún no lo he dicho. Yo no pactaré con Podemos, solo acuerdos puntuales.

--¿Pactaría con el PSOE por la estabilidad de la institución?

--Lo hemos propuesto estos cuatro años, pero no han querido. Ni siquiera han querido descolgar el teléfono. Pactaré con todo aquel al que le preocupe la ciudad, salvo con Podemos.

--¿Seguirá en el Congreso de los Diputados?

--Si soy alcalde no. El PSOE me está criticando con eso, cuando Belloch lleva cuatro años en el Senado... Cosas de la vieja política.

--¿Ustedes no son vieja política?

--¿Yo? No, no me siento vieja política. He ofrecido pactos; me he pateado la ciudad en los momentos más difíciles; soy una persona normal, con una vida normal; se me puede ver en el bus, en el tranvía, por la calle, en bici... Sin complejos.