Luisa Fernanda Rudi se reunió ayer en Madrid en Presidencia del Gobierno, presumiblemente con Mariano Rajoy. Se mantuvo en el máximo secreto, y tuvo lugar justo después del comité de dirección de los populares aragoneses en el que la lideresa confirmó que dejará las Cortes para irse al Senado, y no se presentará a la reelección como presidenta del PP en Aragón. Fuentes de Génova ratificaron el encuentro en el que el presidente del Gobierno habría pedido a Rudi que no se marche --no dé una "espantada"--, o que incluso pudo proponerle su incorporación al Ejecutivo central, cuando haga la crisis en su gabinete.

El encuentro, que no conocían ni siquiera los miembros del comité de dirección del PP, se produjo por la tarde. Rudi se desplazó hasta Madrid, cuando finalizó la reunión del máximo órgano del partido. El contenido de la reunión podría modificar el futuro inmediado de la presidenta, en el caso de confirmarse su incorporación al Gobierno central con una cartera.

CÁMARA ALTA

A falta de esa confirmación, ayer se hizo oficial la salida de Rudi hacia el Senado, que no es ninguna novedad. Este diario lo adelantó ya el lunes. El encargado de verbalizar el anuncio fue su mano derecha en el PP, el secretario general, Octavio López. Constató que, ante la imposibilidad de conformar una mayoría de "centro moderado", la actual presidenta en funciones renuncia a liderar la oposición y se marcha como senadora autonómica. Camino que ya antes tomaron otros, como Santiago Lanzuela (PP) o Marcelino Iglesias (PSOE). Salida digna tras una derrota amarga.

López intentó ayer sacar lustre a los número del PP aragonés recordando que su partido había ganado las elecciones y que había sido la fuerza más votada en las principales ciudades. Los populares gobernarán con mayoría absoluta en unos 165 municipios, dijo, y podrían alcanzar las alcaldías en otros 40. "En Aragón hemos resistido mejor que la media", se consoló el secretario general.

El número dos del partido, ante las incógnitas que se abren en el panorama inmediato del PP, se agarró ayer a la coletilla que en su día hiciera famosa Jordi Pujol: "Hoy no toca". Ayer no tocaba, por ejemplo, hablar de la portavocía del grupo de las Cortes; de la sucesión de Rudi al frente del Partido Popular, o de si Eloy Suárez liderará la oposición en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Sí tocaba, en cambio, iniciar ya las tareas de oposición frente a "la izquierda radical". El secretario general de los conservadores presagió "inestabilidad" institucional en Aragón y "cierta parálisis" hasta las elecciones generales. Advirtió que, en su opinión, transcurridos ya cinco días de las elecciones, lo que están haciendo PSOE y Podemos es repartirse "sillones", en lugar de hablar de programas electorales, que, según dijo, presentan "contradicciones".

DUREZA

Advirtió que el PP hará una oposición "dura", aunque matizó que se centrará en la confrontación ideológica entre las medidas de un eventual gobierno PSOE--Podemos--CHA--IU, y las que, en su caso, los populares consideran más adecuadas para Aragón. "No queremos que lo conseguido --durante los años de Rudi en el Pignatelli-- se vaya abajo", dijo. Reconoció, eso sí, que es a la izquierda, por tener 35 escaños, a la que le corresponde buscar acuerdos. Si no es así, señaló, "tomaremos decisiones con la legitimidad que nos da ser la lista más votada".

En clave interna, Octavio López, analizó los resultados de su partido, y sobre todo las causas de la pérdida de más de un 12% de los votos respecto al 2011. Circunstancia que en primera instancia ha terminado por precipitar la salida de Rudi. No habló de su sucesión, pero sí advirtió que la presidenta no se desentenderá del futuro del partido. Y lo explicó gráficamente. "Si alguien piensa que está de salida está absolutamente equivocado". Admitió que le "tiemblan las piernas" de pensar que la va "a tener pegada al cogote". Es decir que la presidenta estará en todo el proceso y que se asegurará de que se haga de forma ordenada. Octavio López no quiso entrar en nombres, ante las muchas especulaciones que están surgiendo estos días.

Sobre las causas del batacazo del PP, el secretario general de los populares citó los casos de corrupción que han afectado a su partido --fuera de Aragón--, y el desgaste que supone haber gobernado durante los años de la crisis. Admitió también errores de táctica, estrategia y de comunicación, que no entró a precisar, pero, aseguró, haber apuntado de cara al futuro. Tampoco criticó al presidente de su partido, Mariano Rajoy, como han hecho otros barones regionales. "Los resultados obedecen a muchas causas, no hay que personalizar", subrayó.

Tampoco quiso aclarar el futuro del candidato del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza, Eloy Suárez. De momento seguirá en el consistorio, "pero nadie sabe qué va a pasar dentro de cinco o seis meses", señaló. De forma más o menos velada, el número dos de los populares abría la puerta al líder municipal para su futura marcha al Congreso en las elecciones generales, aunque seguramente no sea como cabeza de cartel como ocurrió hace cuatro años.