Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza, la aragonesa Ana Santos Aramburo inició su trayectoria en la UZ. Ha sido responsable de Acción Cultural de la Biblioteca Nacional de España y, tras dirigir la Biblioteca de la Universidad Complutense y las Bibliotecas y Archivos del Ayuntamiento de Madrid, acaba de hacerse cargo, de hecho, de la Biblioteca Nacional.

--¿Cómo afronta esta nueva etapa?

--Con mucha ilusión y mucho respeto por esta gran casa, pero también muy consciente del reto que es dirigir la biblioteca y más ahora más todavía.

--Uno de sus proyectos más ambiciosos es el de desarrollar el depósito legal de dominios en la red. ¿Cómo está la iniciativa?

--Desde luego es una de las propuestas más ambiciosas y también de las más necesarias. Estamos ahora mismo en una etapa en la que el conocimiento se genera en distintos soportes, ya no podemos hablar solo de estables y físicos, sino que el conocimiento, la creación y el saber se generan en la red. La obligación de la Biblioteca es preservar este conocimiento y depositarlo en una institución estable y poderlo transmitir a futuras generaciones. Con lo cual, es nuestra obligación recopilar y recolectar el conocimiento que se genera en la red e intentar conservarlo. Estamos con un borrador de Real Decreto encima de la mesa para regularlo.

--Se prevé que durante su mandato se apruebe y entre en vigor la Ley de Autonomía de la BNE. ¿En qué momento se encuentra el borrador?

--Va a ser una ley que va a otorgar a la BNE capacidad jurídica propia y un estatus, un reconocimiento administrativo que merece y que necesita. Le va a posibilitar tener instrumentos de gestión más ágiles para poder en momentos de dificultad gestionar mejor y además le va a permitir ingresar, tener la capacidad de generar ingresos propios que nos ayuden a trabajar con más desahogo.

--¿Se refiere a fomentar los mecenazgos?

--Tanto a los micromecenazgos como a proyectos mayores que nos pueden financiar empresas, como ha sucedido con la Biblioteca Digital Hispánica, que ha sido posible gracias a Telefónica. Nos gustaría continuar con grandes empresas o fundaciones y dar la posibilidad a la sociedad de participar en el futuro de esta biblioteca a través de pequeñas aportaciones para proyectos concretos como la adquisición de patrimonio bibliográfico o restauración de ejemplares.

--También quiere incentivar la difusión de las colecciones.

--Una manera de valorar las colecciones es conocerlas y por eso se debe continuar con la política emprendida hace ya años de difundirlas al máximo. La mejor vía es la digitalización y la puesta a disposición en la red. Por eso tenemos una biblioteca digital que es un proyecto importante, que ha crecido mucho en los últimos años.

--Hablemos de crisis. Sus objetivos son "ahorrar sin perjudicar un servicio público de calidad".

--Desde luego es un reto muy importante y nada fácil. La BNE merece todo nuestro esfuerzo. Creo que es cuestión de tener, pero también de saber cómo gastamos lo que tenemos. En este sentido es importante mejorar la gestión, marcar claramente los objetivos y determinar que actuaciones son precisas, además de concretar qué recursos son necesarios para llevarlas acabo. Es otra etapa de reflexión interna que vamos a empezar.

--La investigación, ¿qué posición ocuparía entre esas actuaciones?

--Una de las vías que queremos fomentar es acercarnos al mundo de la investigación. Ayudar a que sobre nuestras colecciones se desarrollen proyectos de investigación concretos que sirvan para darlas a conocer y difundirlas tanto a nivel nacional como internacional. Hay importantes grupos de investigación trabajando en universidades fuera de España y es importante que nuestra cultura se fomente y se conozca mejor. Esto ayudará a que la Biblioteca Nacional cumpla con la misión básica de contribuir a la innovación, a la mejora económica y al avance social a través de una aportación para un mejor conocimiento de la cultura española.

--En este contexto de austeridad, ¿cómo es posible mejorar el sistema bibliotecario?

--La BNE depende del sistema bibliotecario español, institución que marca las normas de desarrollo o puede coordinar proyectos de colaboración. Fundamentalmente en esta etapa debemos gestionar los recursos con mayor eficiencia y los proyectos de colaboración son siempre bienvenidos. En esto estamos dispuestos a iniciar una nueva etapa de dialogo con los profesionales.

--Comenzó en la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza, ¿Qué recuerdos le quedan de aquella época?

--Los recuerdos son maravillosos, yo era muy joven y acababa de terminar la carrera, tuve la suerte de aprobar unas oposiciones para auxiliar de biblioteca en la Universidad de Zaragoza. Mi primer destino fue la biblioteca de la Facultad de Derecho. Con Zaragoza sigo teniendo una relación afectiva total, tengo allí a mi familia y a mis amigos de la universidad y de la infancia.