¿Me creerán si les digo que lo que mejor de la primera jornada del Slap! Festival fue la versión que Rolando Bruno y Su Orquesta Midi ofreció de Sympathy For The Devil, de Rolling Stones? Sí, ya sé que ese grupo que va por ahí diciendo que es el favorito de Martin Scorsese era la estrella de la velada, pero el argentino Rolando, exmiembro del combo de rock garajero Los Peyotes, arrasó con su cumbia trash. Rolando, que viene armado con su guitarra y con las bases programadas (su Orquesta Midi) luce un peinado años sesenta que quita el hipo y un repertorio muy apropiado para las bailantas, muy inspirado por la chicha, que no es otra cosa que la cumbia peruana. Insisto, su revisión cumbiera de la pieza de los Stones fue todo un hallazgo en un repertorio que contó también con éxitos como Mi cholita y El brujito Ramón.

Con el increíble Bruno despertamos del letargo en el que nos sumió Vintage Trouble, grupo liderado por Ty Taylor, cantante con posibles al que le habría gustado ser James Brown, pero... Lo de este grupo, que en su honor hay que decir que, pese a todo, sus directos son más soportables que sus discos, se mueve en unos parámetros en los que manda el soul, pero sin hacer ascos al rock e incluso al pop escuela Michael Jackson. El problema es que en ese recorrido se queda a medias. Tiene alguna canción de esas que pueden subirte el ánimo, como Pelvis Pusher, pero en general su propuesta, resuelta técnicamente con profesionalidad, no emociona. Así que por mucho que el señor Taylor (que ocasionalmente también toca el trombón) se muestre en escena moviendo las caderas como mister Brown (pero sin hacer el spagat, que eso duele), y sus colegas pongan cara de tocar mucho y bien, el concierto, con tantos altibajos como una montaña rusa, no pita.

Al final de la noche asistimos a otra decepción: la del granadino Tito Ramírez y su gazpacho de bugalú, rocanrol sesentero y algunas recreaciones cercanas a la copla. Piezas propias y versiones dieron cuerpo a un programa que no pudo evitar cierto aire verbenero. Nada tenemos en contra de la verbena, es más: nos encanta; pero pensábamos que asistíamos a una oferta distinta. Como la de la formación zaragozana Los Volcanes, surgida del encuentro de músicos de The Faith Keepers y Los Bengala. Llegamos casi al final de su concierto, pero con tiempo para comprobar cómo recogen las mejores influencias de los grupos de donde proceden, y su proximidad evidente con el mítico grupo español Los Canarios.

Al final (nuestro final, claro) de la velada nos retiramos cantando el estribillo de otra de las canciones de Rolando Bruno: «Cumbia para hoy, hambre para mañana». O sea, tras la cumbia del viernes, hambre para escuchar el sábado la voz de la histórica figura del blues-rock William Bell. Pero eso se lo contaremos el lunes.