La música mestiza de Eskorzo vuelve a Zaragoza con el octavo disco de la banda granadina Alerta Cánibal, un álbum en el que colaboraron con Amparanoia. Actúan hoy en la Sala López.

—Le diría que ‘Alerta Canibal’ es un álbum ecléctico lleno de contrastes, pero ¿qué disco de Eskorzo no lo es?

—¿Si verdad? No es que sea nada novedoso. Lo que sí que diferencia a este disco de otros es que esta vez hemos optado por ritmos más tropicalistas. Algo que hemos conseguido a base de tirar del hilo musicológico de nuestro anterior disco, Camino de Fuego, en el que trabajamos con los ritmos africanistas que acabarían inspirando la música latina.

—Todos los estilos musicales están interconectados ¿verdadero o falso?

—Totalmente verdadero. El mejor ejemplo lo tenemos aquí en España y es el flamenco. La música está en constante evolución y cualquier estilo nuevo nace de la colaboración entre dos artistas de diferentes lugares. De hecho los géneros musicales son solo una invención de los periodistas. Cuando hablamos de música tendemos a teorizar mucho y olvidamos lo más evidente, que la música está viva. Nosotros estamos un poco por encima de esas barreras, el purismo musical es sectario e inmovilista, el equivalente en política a ser un conservador, un fachilla.

En términos porcentuales, ¿cómo se reparten las diferentes influencias en este álbum?

—Diría que Alerta Canibal es casi un 70% tropicalismo, y el 30% restante una mezcla entre rock y música mediterránea, así a vuelapluma.

—Me pareció percibir además en ‘La Pena’ cierto ritmo balcánico.

—Cierto. Al fin y al cabo somos andaluces y el flamenco armónicamente tiene mucho que ver con la música gypsy y gitana originada en los Balcanes, de modo que la sonoridad de ese tipo de música no nos resulta extraña, al igual que la música sefardí. Volvemos a lo mismo, todo está conectado.

—Comenzaron la gira de presentación del disco en Medellín (Colombia) el pasado 3 de noviembre. ¿Cómo responde el público sudamericano?

—De maravilla. Fue genial poder presentar el disco en la cuna de la música latina que es Medellín y tenemos muchas ganas de volver. La verdad es que no sé porque los grupos españoles no se atreven a cruzar el charco. Parece que está muy lejos pero realmente casi cuesta más ir a Galicia en furgoneta que cruzar el Atlántico en avión. Y no solo Sudamérica, sino toda Europa. Nuestras experiencias en Alemania nos dicen que es un público excelente, ávido de cosas nuevas.

—¿Cómo fue la experiencia de colaborar con Amparanoia?

—Grabamos parte del disco en un cortijo de Granada en el que coincidimos con Amparo, y un día desayunando hablamos de grabar una canción juntos. Decidimos el tema, ella se fue a la playa a escribir y por la noche cogimos dos botellas de vino y grabamos La Tumba. Creo que Amparo ha enriquecido mucho el disco; nos encanta compartir nuestra música con otros artistas.