Kalitos lo ha vuelto a hacer. Y por partida doble. No solo se ha sacado de la manga el episodio séptimo de su particular serie La guerra que dan las galaxias, al rebufo de Star Wars sino que, además, ha realizado una incursión al cada vez más extendido subgénero del cómic, los gatos. Y en ambos casos, como no podía ser de otra manera, la irreverencia es la absoluta protagonista en las dos novedades de la editorial Cornoque que, este año, va a batir su propio récord, con 11 publicaciones en el mercado, por lo que la próxima edición del Salón del Cómic se le presenta cuanto menos, movida. En el buen sentido de la palabra, claro.

El episodio séptimo de La guerra que dan las galaxias no podía tener otro título que Al despertar de la juerga. En él, el comandante S'muerto Kesencillo se tiene que enfrentar a las consecuencias de una gran noche de fiesta en compañía de sus héroes galácticos Fita Fitipalda, Pandoro, Viej-1 y Julay. Kalitos ha vuelto a impregnar su característico estilo en las 26 páginas de cómic en la que tan importante como los trazos de los protagonistas (con esa profusión de detalles tan característica del dibujante aragonés) es todo aquello que conforma el paisaje. O dicho de otra manera, los segundos planos de la historia no desentonan lo más mínimo con ninguno de los trazos principales.

SABOR GALÁCTICO En cuanto al argumento, Kalitos, después de La manaza fantasma. Misión en Benidor-M, El mogollón de los clones y La venganza de los Cara Shit, coloca a sus personajes en la encrucijada de tener que desactivar un peligroso chip incrustado en el cuerpo del comandante... El cómo lo van a intentar y si, finalmente, lo consiguen, será el argumento que haga avanzar una trama en la que el sabor galáctico ofrece un sinfín de posibilidades. Tras este episodio número siete, Kalitos ya tiene previsto publicar próximamente Una buena esmeralda, La Amparo contratada y El retorno del Jedipollas.

EL SUBGÉNERO FELINO Junto a esta historia galáctica, Kalitos también acaba de publicar Las aventuras de Sid Scat en el que se adentra, de una manera muy peculiar, en el subgénero de los gatos en el cómic. Pero que nadie se imagine al felino de Kalitos, que toma su nombre de Sid Vicious, como un Garfield o un Snoopy cualquiera, por citar únicamente dos de los más famosos.

El dibujante y Sid Scat salen retratados casi como un perro y un gato que se buscan entre ellos o incluso como un hermano mayor y pequeño que siempre busca cómo fastidiar al otro. Así, en este tebeo, de 48 páginas en blanco y negro y de formato horizontal, que ha contado con la colaboración en forma de guiones en algunas historieta con algunos compañeros de Malavida como Iru, el humor es protagonista pero, sobre todo, las andanzas de un animal que se revela como un ser inteligente, siempre que de molestar se trate.

Y eso es lo que garantizan estas aventuras de Sid Scat, carcajadas al ritmo que marca el preciso y ágil rotulador de Kalitos que entra con fuerza en las librerías en este final de año. Ambos tebeos se pueden comprar, además de en librerías especializadas, a través de la página web de Malavida por 5 y 6 euros, respectivamente.