La visión necesita del tacto, anuncia Louisa Holecz (Londres, 1971) y cita al arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa, quien en su libro Los ojos de la piel: Arquitectura y sentidos escribe: "Los ojos quieren colaborar con los demás sentidos. Todos los sentidos, incluyendo la visión, pueden considerarse como extensiones del sentido del tacto, como especialidades de la piel. Ellos definen la interfaz entre la piel y el entorno, entre la interioridad del cuerpo opaco y la exterioridad del mundo". Profundizar en esta reflexión es el reto que Louisa Holecz se plantea en su proyecto expositivo The Eyes of the Skin, en la galería Carolina Rojo.

Es aconsejable no perder las buenas costumbres y una de ellas ha sido, en los últimos años, la celebración durante el mes de marzo del Festival Miradas de Mujeres a propuesta de la asociación Mujeres en las Artes Visuales Contemporáneas (MAV); y aunque su dirección ha decidido presentar el certamen cada dos años, sin razones convincentes pues la autocrítica necesaria requiere menos tiempo, la galería Carolina Rojo no ha dudado en continuar una iniciativa que a punto estaba de consolidarse en el panorama nacional. Lo importante, con todo, es atender a la obra realizada por mujeres desde el rigor de planteamientos. Louisa Holecz persevera con The Eyes of the Skin en cartografiar lo traumático para liberar el duelo, con su habitual rotundidad plástica. Algo ha cambiado sin embargo: su necesidad de contar historias. Una narración "otra", en todo caso. El arte, opina Anthony Julius, no es una representación, sino una presentación capacitada para liberarnos de las maneras más habituales de ver las cosas; y precisamente por ir contra el sentido común, es turbador. Holecz no busca alivio en su obra. Sus dibujos, pinturas y esculturas expresan su dolor y comunican sus miedos. No para sacudírselo sino para ponerle rostro.

La casa es cuerpo y alma, escribió Bachelard, quien también anotó: "No solo albergamos nuestros recuerdos, también albergamos nuestros olvidos, nuestro inconsciente. Nuestra alma es una morada. Al recordar las casas, las habitaciones, aprendemos a morar en nosotros mismos", y en consecuencia: las imágenes de la casa funcionan en ambas direcciones, están en nosotros tanto como nosotros en ellas. Holecz dibuja, pinta y modela casas más o menos estables, aunque siempre frágiles, que albergan historias visibles unas veces y ocultas otras. Y dibuja, pinta, cose y modela cuerpos y formas antropomorfas ambiguas, inquietantes y perturbadoras. La casa es el cuerpo en su obra; y los recuerdos y experiencias la materia prima que le impulsa a transformar las dudas en cosas, las heridas en objetos que las explican, o todavía mejor, que las sobrepasan y las subliman. Que eso, al decir de Jean Frémon, es el arte de la escultura.

TÍTULO The Eyes of the Skin

AUTORA: Louisa Holecz

LUGAR Galería Carolina Rojo

FECHA Hasta el 25 de abril