Oh, sí, los Rolling Stones otra vez. Sin haberse ido nunca y negándose a decir adiós, los rockeros más veteranos se disponen a volver y ayer convirtieron el Lincoln Center de Nueva York, justo a las puertas de la mítica y clásica Juilliard School, en escenario de la esencia del rock. Supuestamente la cita tenía que servir para presentar su gira On Stage y su nuevo disco. Sin embargo, salvo por unos cuantos datos útiles para los fans norteamericanos, habrá que seguir esperando para confirmar, por ejemplo, las fechas y ciudades que visitarán en España en verano del 2006.

Eso sí, Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts dieron música y un mensaje para quienes quieren jubilarles --"no anunciamos que es la última gira, nunca lo decimos y siempre tomamos cada una como viene"--. También mostraron actitud, mucha actitud. ¿Qué menos se puede esperar de 242 años de rock and roll?

Los Rolling se presentaron ante la prensa y varios centenares de admiradores como mejor saben: sobre un escenario y con el Start me up . Luego estrenaron Oh, no, not you again , un animado tema con aire de clásico del nuevo disco, un trabajo de título aún desconocido que según explicaría luego Jagger no está acabado pero está ya "al 85%". Y con Brown Sugar pusieron el dulce final al miniconcierto de lujo, el primero que dan para presentar una gira desde que en 1975 cantaron justo ese Brown Sugar subidos en un camión que recorría la Quinta Avenida.

Minutos después llegó la rueda de prensa. Si que Jagger se cambiara de ropa entre concierto y conferencia no era señal suficiente de su categoría de estrella, bastó esperar a que empezaran las preguntas. A los interrogantes sobre hasta dónde les influye el dinero directamente no les prestan atención, al periodista de la BBC que se pregunta si es verdad que ensayan en Canadá para pagar menos impuestos le llaman "aburrido" y al joven argentino que en inglés pide unas palabras sobre los fans latinos lo que le dan es un "a lo que hayas dicho, sí, sí" (aunque luego enmiendan la plana y hablan de la energía de un pueblo "que grita, es entusiasta y ama el fútbol").

La pregunta sobre la posible retirada no se la tomaron tan a mal, y hubo incluso espacio para las bromas. Charlie Watts, el batería que lucha contra un cáncer de garganta, cuando escuchó "¿es esta la última?" fue raudo en contestar: "Sí". Reía cuando lo dijo, y Jagger dejó claro que ese sí en realidad es un no, al menos de momento.

Los Stones también dieron algunos detalles sobre la gira, que combinará como en el 2002 recintos de tres tamaños. Arranca el 21 de agosto en el Fenway Park de Boston y seguirá por 32 ciudades de EEUU y Canadá hasta el 1 de diciembre. Tras un paréntesis, el On Stage volverá a recorrer América del Norte entre el 7 de enero y el 7 de febrero. Luego llevará a los Stones por primera vez a Puerto Rico. Después saltará a Japón y, quizá, según anunció el promotor, Michael Cohl, a China. En abril habrá otro descanso y en el verano del 2006 le tocará a Europa.

Con el precio de las entradas un 10% más caro que en el 2002 (al menos en EEUU), los Rolling prometen dar algo a cambio: en el escenario de los grandes recintos habrá espacio para cerca de 400 personas. "Tendrán una gran vista de nuestra banda", dijo Jagger. No se sabe aún qué escucharán, pero el líder de los Stones aseguró ayer que intentarán "integrar": lo viejo y lo nuevo, temas que hace tiempo que no tocan y temas que nunca faltan en sus set lists ... Richards apostilló: "a veces las canciones se eligen solas".

Probablemente a nadie le influya el repertorio para intentar conseguir una entrada. Como dice el sin duda bien escogido eslogan que ayer se veía en las camisetas promocionales de la gira, "no es simplemente un concierto, son los Rolling Stones On Stage (en el escenario)".