PABLO NERUDA

«... la risa pronta, pronta, el habla enfática y la pomposidad robusta de quien ya era poco menos que la efigie ambulante de la poesía entendida como equivalencia torrencial de la naturaleza, como arma arrojadiza, como manual de primero auxilios».

JOAN MIRÓ

«Parecía estar incómodo en sitios decididamente cómodos. También llevaba dentro, y se le notaba bastante, el tenaz marchamo de un payés con posibles».

JORGE LUIS BORGES

«El maestro era implacable en la elección intimidatoria de un discurso que los demás debían secundar en calidad de oyentes maleables. Los osados, los locuaces, los habituados a la reciprocidad no eran bien recibidos».

JUAN CARLOS ONETTI

«Recostado en la cama, era a la vez un viejo conspirador condenado a una reclusión inmerecida y un convaleciente de hospital pobre».

JOSEP PLA

«Gastaba una socarronería que no era exactamente la de un labriego, sino la deliberada conducta chocarrera de un escritor de agudas exploraciones en la realidad, que se ejercitaba a la vez en la grosería o que suponía que esa era la manera de encandilar al prójimo».

BALTASAR PORCEL

«Porcel, ya instalado con ufanía triunfante en la Barcelona de Convergència, había dejado de usar como juvenil firma literaria el seudónimo de Odín, dios supremo de la mitología nórdica, como dando a entender que no se andaba con chiquitas».

CAMILO JOSÉ CELA

«Autoritario y megalómano, sus objetivos no consistían en ser el mejor, sino en ser el único».

ANTONI TÀPIES

«La fatuidad de Tàpies, que era evidente y que parecía un factor integrante de su personalidad, quedaba aminorada por la elegancia...».

CARLOS FUENTES

«Una parte considerable de su tiempo la empleó en trasmitir a los demás su valía...».

CARLOS BARRAL

«Antes que él, hacía su aparición el personaje».

ANA MARÍA MATUTE

«Llevaba a la niña que fue, y acaso la que no fue, adherida a su mentalidad como una rémora gustosa».

JAIME GIL DE BIEDMA

«Era persona inteligente, jactanciosa, holgadamente instalada entre el refinamiento y el malditismo».

JUAN MARSÉ

«Este notable cultivador de la tradición oral tiene mucho de testigo malévolo que presencia todo lo ocurrido y parece mirar astutamente para otra parte, sin duda que con el paladino propósito de contar luego lo que ha pasado de un modo mucho más literario o mucho más divertido».

ANTONIO GALA

«Creo que exagera un poco el doliente papel de enfermo crónico, aunque lo sea, y gusta de que lo imaginen recostado en una chaise longue bajo alguna pérgola con su perro y su gin-tonic, contemplando la campiña de los elegidos».

ROSA REGÀS

«Cuando la conocí era una treintañera de notorias capacidades para la seducción, pelirroja sin serlo, esbelta y activa, buena conversadora y excelente compañera en las incursiones nocturnas».

JUAN GOYTISOLO

«Era algo esquivo, algo receloso, de efusiones difíciles. Pero era un escritor de qualité».

MARIO VARGAS LLOSA

«Antes de ser Vargas Llosa ya se preveía que no iba a tardar en serlo [...]. Ahora ya los escarceos del premio Nobel por los sinuosos escaparates de la beatiful people, con su inexcusable cohorte de cronistas de sociedad y dispensadores de solfas, solo dan para un apresurado apéndice sobre los perversos dioses de la afectación».

A. BRYCE ECHENIQUE

«Bryce mantenía serias desavenencias con el oficio de escritor y los consumos etílicos».

FRANCISCO UMBRAL

«Parecía que había ido a eliminar los estorbos para poder llegar a un sitio previamente elegido».