El Centro de Historias de Zaragoza acoge una exposición, llamada "Naturaleza Mágica. Fuentes curativas de Zaragoza", con la que se pretende rescatar del olvido estas fuentes próximas a la ciudad que destacaban por sus propiedades medicinales y que los vecinos de la época tomaban "por prescripción facultativa".

En las últimas décadas, estas fuentes curativas de los alrededores de Zaragoza han caído en el olvido y han perdido esa singularidad como lugar de esparcimiento ciudadano y, sobre todo, como lugar donde obtener cura a determinadas dolencias, debido a las destacadas propiedades de las aguas que manaban de ellas.

La exposición, en este sentido, muestra las aguas "casi mágicas" de siete fuentes curativas del entorno de Zaragoza: La Junquera, La Teja, La Salud, Salada de la Mediana, Fuente del Berro, Pozo de San Miguel y, sobre todo, Agua Fita Santa Fe.

Se muestran las primeras botellas de agua que se comercializaron bajo esta marca, los registros de exportación a varios continentes de estas aguas o la etiqueta exclusiva que se hizo para Asia.

También el proyecto original del balneario de Zaragoza de 1896, el stand de Aguas y Sales de Mediana de Aragón en la Exposición Hispano Francesa de 1908, la pileta en la que se evaporaban las sales, botes, documentos, planos y productos originales de los siglos XIX y XX.

Además del primer vestigio conocido del uso medicinal de estas aguas por parte de los romanos, hace casi 2.000 años.

La exposición pretende responder a preguntas como si se trataba de aguas mágicas; qué características tenían para que llegaran a venderse en las farmacias de Bombay, Río de Janeiro o París, o qué llevaba a artistas de primer nivel internacional a sentirse identificados con ellas.

Las características curativas de estas aguas, según se puede conocer en la exposición, se deben a la configuración esteparia del entorno de Zaragoza, con un fuerte contenido en yesos, y a la confluencia de tres ríos en la zona (el Ebro, el Gállego y el Huerva).

Se trata de aguas de sabor salado con propiedades laxantes y purgantes que incluso eran recetadas por los médicos de la época para curar dolencias relacionadas con el hígado, el riñón y el estómago, los reúmas, el eccemas, el estreñimiento, la obesidad e incluso las hemorroides.

La exposición, cuyos comisarios son Paco Iturbe y Ángel Ruiz, se estructura en dos partes, una para explicar la hidrogeología del entorno de Zaragoza y los valores medicinales de sus aguas, y una segunda en la que se hace un recorrido cronológico por la historia de estas fuentes y de los balnearios que surgieron a su alrededor.