Después de obras como La estirpe de la mariposa , Almanzor, la leyenda de un guerrero o Abderramán III, el gran califa de Al-Andalus , entre otras, la poetisa y novelista zaragozana Magdalena Lasala vuelve a sumergirse en el la sociedad andalusí con Walläda. La Omeya , novela que presentó el miércoles en la sala Ambito Cultural de El Corte Inglés y en la que recrea la vida "de una princesa rebelde que abrió las puertas a profundos cambios en la cerrada sociedad de su tiempo".

Walläda, descendiente de Abderramán III, "fue una mujer fascinante" que cultivó la poesía y la música, fue mecenas de otros artistas e impulsó una profunda reforma política con la intención de encauzar la decadencia del califato cordobés. Pero sobre todo, dice Magdalena Lasala, "fue una gran transgresora". Y es que la princesa, "gracias a su herencia, compró su libertad, abandonó el harén de vírgenes en el que debía estar confinada dado su estado de mujer y montó un salón literario en el centro de Córdoba. Le correspondía vivir una realidad pero se negó a aceptar el destino que le correspondía".

Así, Walläda, además de romper la reclusión de la mujer al que obligaba la ley islámica, prescindió del velo sobre el rostro y determinó que las mujeres de su casa caminaran por Córdoba sin cubrirse. Fue además "una espléndida poetisa, formada en el teatro y, por lo que se cuenta, muy bella y muy querida por el pueblo, ya que también creó escuelas".

En el aspecto político, sus logros tampoco pasan desapercibidos para la historia: "El califato cordobés estaba en plena decadencia, arruinado por 20 años de guerras y ella y un grupo de notables crearon un consejo regente, una especie de república que cambió la concepción de la sociedad", cuenta Magdalena Lasala, quien sobre todo resalta que la princesa omeya acometió todas estas empresas "con orgullo de hembra, con gran firmeza de principios, y se convirtió en una precursora de la independencia de las mujeres, de forma que hay que esperar varios siglos hasta encontrar otra mujer con tanta personalidad".

PARAISOS PERDIDOS

La autora zaragozana aborda la historia de Walläda aunando datos históricos con la ficción, estructurando la novela en dos partes claramente diferenciadas. En la primera se cuenta la relación de Walläda con su padre y en la segunda, sus amores con el también poeta Zayd»n, un episodio "que simboliza la búsqueda de los paraísos perdidos a través del enamoramiento", señala Lasala.

Y es que el amor apasionado y difícil que surgió entre ambos poetas tenía un gran significado para el pueblo "que veía en ellos, dos personajes famosos y bellos, la esperanza del renacer del esplendor perdido del califato". La relación sentimental entre Walläda y Zayd»n "acabó mal, como parece que todo mito requiere", dice Magdalena, pero la pasión que sintieron y se manifestaron los enamorados dejó una huella imborrable, "pues de ella surgieron los versos más hermosos de la literatura andalusí", concluye la autora.