-Su proyecto de biotecnología medioambiental, elegido como la mejor idea del Zaragoza Explorer Space, es economía circular en estado puro, ¿no es así?

-Así es, nuestro proyecto se basa en transformar residuos en nuevas materias primas que se utilizan para obtener nuevos productos. De esta forma se minimizan tanto los residuos como la necesidad de materia prima en el siguiente proceso. Creo que hasta el momento hemos vivido en una sociedad muy derrochadora con nuestros recursos materiales, energéticos, naturales… Si queremos seguir avanzando debemos hacerlo por esta nueva vía antes de arrasar por completo el planeta. Pero también creo que como sociedad ya nos estamos dando cuenta de ello y que en los próximos años vamos a asistir a un cambio muy importante hacia la sostenibilidad en todos los ámbitos.

-¿En qué consiste esa idea?

-Últimamente no paramos de oír hablar del grafeno, un material de carbono que tiene unas propiedades únicas que hacen que tenga muchísimas aplicaciones potenciales: electrónica, baterías para movilidad eléctrica o biomedicina. Nuestra idea consiste en obtener grafeno a partir de residuos orgánicos mediante una combinación de procesos biológicos (llevados a cabo por microorganismos) y procesos químicos. De esta forma obtenemos un biografeno con las mismas propiedades y que podría utilizarse en las mismas aplicaciones pero proveniente de una fuente renovable.

-¿Qué tipos de residuos se pueden tratar mediante este método y qué se obtiene?

-Nos centramos en tratar materia orgánica que puede provenir de diferentes origenes: residuos urbanos, aguas residuales, estiércol, residuos de industria agroalimentaria… Además del grafeno, que es la tecnología más rompedora e innovadora en la que nos centramos en el programa Explorer, hay muchas oportunidades en este campo: obtención de biofertilizantes, bioenergía o biopolímeros son los principales y en los que ya hay bastante interés.

-¿Qué ventajas presenta?

-En el caso del grafeno, normalmente se obtiene a partir de gas natural o de grafito que se extrae por minería. Estas son materias primas no renovables y que se encuentran en zonas muy concretas del planeta, creando una dependencia económica, lo que hace que sean caras y menos sostenibles. En este proceso, planteamos una fuente deslocalizada, disponible en cualquier lugar en el que se produzcan residuos orgánicos, y además mucho más barata. Puede llegar a ser gratuita o incluso aportar beneficio, ya que las industrias que generan residuos pagan para gestionarlos de forma adecuada. Estas dos claves pueden aplicarse a casi cualquier proceso en el que se transforman residuos en productos de alto valor añadido.

-¿Quiénes son sus potenciales usuarios?

-Nuestras tecnologías van dirigidas a los sectores agrícola, ganadero y alimentario, en los que se producen grandes cantidades de residuos orgánicos y que pueden estar interesados en valorizarlos para ser más eficiencientes y su competitivos. Y en cuanto al producto, el mayor interés en el grafeno va a estar en los fabricantes de vehículos eléctricos y de baterías.

-Usted ha recibido el reconocimiento del Zaragoza Explorer Space, pero forma parte del equipo de Trovant Technology. ¿Quiénes lo componen?

-Hasta el momento he tenido el apoyo como asesores externos de Raúl Muñoz, profesor de ingeniería ambiental en la Universidad de Valladolid, y de Elisa Rodríguez, investigadora especializada en microbiología medioambiental. Ahora yo soy un poco el hombre orquesta... ¡Pero creo que es lo normal al iniciar un proyecto emprendedor! Durante el programa de formación Explorer, la idea ha dado muchas vueltas hasta convertirse en un proyecto de negocio viable, así que ahora tenemos que buscar una estructura definitiva y espero nuevas incorporaciones.

-¿Qué más servicios o tecnologías desarrollan en Trovant Technology?

-Desarrollar una tecnología como la del biografeno requiere una gran inversión inicial. Por eso hemos planteado iniciar la actividad con servicios de formación y consultoría centrados en biotecnología ambiental: estudios de viabilidad, asesoría sobre tecnologías para mejorar procesos biológicos, obtención de bioenergía… Ahora también buscamos inversores, por lo que el premio Explorer nos viene fenomenal para identificar oportunidades durante el viaje a San Francisco. A partir de ahí buscaremos desarrollar nuestras propias tecnologías, que pueden incluir también por ejemplo el tratamiento biológico de olores y la producción de bioplásticos.

-¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en dos ecosistemas de emprendimiento de referencia en Aragón, como son Ceminem SpinUP de la Universidad de Zaragoza y Zaragoza Activa, del ayuntamiento?

-Ha sido una experiencia genial. Hace tan solo seis meses yo casi no sabía nada del mundo emprendedor y el programa me ha dado las bases y herramientas para trabajar sobre una idea y transformarla en un modelo de negocio que resulte atractivo. Las instalaciones son espectaculares y el programa incluye ponencias, charlas y asesoría. Lo mejor ha sido descubrir el tejido emprendedor de la ciudad y conocer a otros muchos jóvenes emprendedores que con mucho trabajo e ilusión están sacando adelante proyectos geniales.

-Ahora ya está ya en Madrid, y en noviembre irá a Silicon Valley. ¿Cree que algún día podrá regresar a Aragón a revertir todo lo que ha aprendido?

-¡Claro que no es necesario vivir lejos de Aragón! Al participar en el programa Explorer y al haber ganado ya hemos creado un vínculo con Aragón y Zaragoza. Además, aquí hay grandes centros de investigación en nanomateriales que pueden ser colaboradores importantes de alguno de nuestros proyectos. Quizá a nivel de contactos, o al arrancar, las grandes ciudades ofrezcan más oportunidades. Pero una de las ventajas de apostar por la biotecnología y la valorización de residuos en la economía circular es que va a permitir deslocalizar muchos procesos, abriendo nuevas oportunidades y creando puestos de trabajo en áreas rurales. Además de Zaragoza, la otra pata de este proyecto está en Castilla y León que, como Aragón, también sufre los problemas de envejecimiento, despoblación y fuga de talento. Aplicar este tipo de soluciones innovadoras en los sectores agrícola y ganadero puede darles un nuevo impulso. Y por supuesto en Aragón hay un gran potencial. ¡Así que de una u otra forma hay que regresar!