José María Aznar se lanzó ayer a la arena electoral en Segovia con el alivio de que la guerra de Irak ha entrado ya en su recta final. Por ello, el presidente se permitió hacer un llamamiento a los candidatos y afiliados del PP para que afronten las elecciones del 25 de mayo sin complejos, "con la cabeza bien alta" y sin avergonzarse, aunque advirtió de que los populares seguirán siendo agredidos por la oposición.

La caída de Bagdad en manos estadounidenses ha dado un respiro al PP. Cuatro meses de alineamiento del Gobierno con la línea belicista de EEUU han hecho mella en la militancia de la formación conservadora, a la que las encuestas han acabado pasando factura.

Ante las próximas elecciones municipales y autonómicas, el reto de los populares es levantar los ánimos, y a ello se aprestó ayer el líder del PP. "No tenéis nada que ocultar, no tenéis nada de que avergonzaros, no tenéis nada que reprocharos", dijo Aznar para marcar el camino a seguir hasta el 25-M. "Podéis andar con la cabeza bien alta y presentar un balance fantástico. ¡Hacedlo, que ganamos!", enfatizó.

LAS REGLAS DEMOCRATICAS Un vídeo sobre las agresiones a las sedes y actos del PP, estrenado hace una semana en Santiago, le sirvió para denunciar que PSOE e IU "han socavado la convivencia pacífica y se han saltado las reglas de la democracia".

El presidente del Gobierno y del PP introdujo uno de los nuevos mensajes que su partido presenta cara a la próxima campaña electoral: la contraposición de la violencia de la izquierda a la serenidad de los populares. "No queremos una democracia con ira", afirmó.

A las imágenes de dirigentes del PP atacados, proyectadas antes de su intervención, el presidente contrapuso la gestión de los populares en todas las administraciones. "Mientras nos lanzaban huevos y piedras, nos dedicábamos a mejorar las pensiones", destacó.

DESGRACIA AJENA Como ha venido siendo habitual a medida que aumentaban las protestas contra la guerra, el líder conservador advirtió de que la izquierda "va a hacer campaña con la desgracia ajena". "Sin un conflicto como éste no son nada", dijo Aznar en referencia a José Luis Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares, líderes del PSOE e IU, respectivamente.

Los máximos dirigentes del PSOE e IU fueron el blanco de sus críticas. Según el presidente del Gobierno, España "no necesita líderes de la agitación ni profesionales de la pancarta". En este sentido, adoctrinó a su partido para que, ante la cita con las urnas, defienda los logros de su gestión en los últimos años, especialmente la "estabilidad" conseguida.

LIDERAZGO POLITICO El aumento de apoyos electorales cosechado por el PSOE en los últimos meses --según todos los sondeos-- llevó a Aznar a cuestionar la capacidad de Zapatero para gobernar, aunque le reconoció su liderazgo. A su juicio, "una cosa es ser un líder político y otra es tener una idea de España en la cabeza".

Aznar alertó sobre los peligros que, en su opinión, acarrearía un triunfo de la izquierda. España estaría "aislada y sin amigos", habría "aventuras" con la Constitución --en referencia a la reforma del Estatut que plantea el PSC-- y "se romperían los pactos" de convivencia. "La ambición de poder no puede justificar nada de esto", remachó.

SIMPATIA El presidente no ejerció la menor autocrítica por su severa actitud ante quienes le han reprochado su apoyo a la guerra, ni por su fría reacción tras la muerte de dos periodistas españoles en Irak. Por el contrario, aseguró que seguirá "fiel" a su "estilo". "Al gobernante no se le elige para ser simpático o más o menos atento y amable", dijo. Y advirtió: "Todos saben que, con nosotros, con las cosas serias no se juega".