El gobierno de Ada Colau ha vuelto a quedarse solo, por segundo año consecutivo, en el intento de aprobar las ordenanzas fiscales para el año próximo. Todos los grupos menos los socios de gobierno, Barcelona en Comú y el PSC, han rechazado en la comisión de Economía el proyecto de ordenanzas, que ha presentado el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. Con la CUP ausente, el concejal no adscrito Gerard Ardanuy se ha reservado el voto definitivo para el pleno municipal. El resto ha votado en contra. En resumen: portazo a la iniciativa, que se certificará en el pleno y que hará que el gobierno se tenga que limitar a modificaciones puntuales de tasas e impuestos.

El proyecto de ordenanzas llegará la semana que viene al pleno municipal de octubre, en el que o bien se volverá a votar o bien será retirado del orden del día, como sucedió el año pasado.

Una muerte anunciada

La iniciativa nacía bastante herida: el gobierno municipal quitó importancia esta semana a la posibilidad de sufrir una derrota en este campo, porque la veía venir. El argumento es que una vez se ha garantizado que el IBI sigue congelado para la gran mayoría de la ciudadanía el riesgo de disfunción desaparece.

El proyecto de ordenanzas para el 2018 era bastante similar al previsto para el 2017, que la oposición tumbó en octubre del 2016. El gobierno proponía que los coches más contaminantes de los no residentes pagasen más por aparcar en el área verde y el área azul, como 12 meses atrás, también sin éxito. A diferencia de entonces, ahora se eliminaba la penalización prevista para los coches de gran.

Autocares en la Font Màgica

Otro punto de las ordenanzas que se repetía era la propuesta de incrementar el pago de Zona Bus donde ya existe, en el Park Güell y la Sagrada Família, así como la de crear una nueva zona de este tipo en la Font Màgica, en Montjuïc. El objetivo de estas tasas es lograr una aportación económica por parte del turismo que no pernocta en la ciudad, pero también el de regular y ordenar el estacionamiento: una de las consecuencias que se busca en Montjuïc es el de limitar la presencia de los vehículos.

La novedad de este año era la propuesta de bonificar el Impuesto para Bienes Inmuebles (IBI) de los pisos que sean aportados por sus propietarios a la bolsa de alquiler asequible del consistorio, que ofrece una serie de ventajas -ayudas a la rehabilitación, seguridad en el cobro- a cambio de limitar la tarifa.