Esta vez le han despedido. Se va de la dirección de la empresa que creó y dirigió durante las últimas cuatro décadas en la Fórmula 1. El maquiavélico Ron Dennis vuelve al infierno al que sus socios le enviaron en 2009 y del que regresó en 2013 tras un golpe de estado empresarial aprovechando que su gran socio se estaba muriendo. Es el ángel caído, el último de los grandes jefes de equipos de la F-1, el último con quien el todopoderoso Bernie Ecclestone compartía batallitas.

Mansour Ojjeh, el multimillonario —dicen que su negocio más lucrativo es la venta de armas— de padre saudí y también multimillonario— y madre francesa-- llegó a la F-1 a finales de los 70 para patrocinar a Williams. Por aquel entonces su marca TAG —una empresa tecnológica— comenzó a patrocinar Williams. Con su dinero, Frank Williams construyó un coche ganador del título, en 1980 con Alan Jones, y dos años más tarde con Keke Rosberg.

Por entonces, Ron Dennis era un mecánico ambicioso que quería quedarse con el legado de Bruce McLaren. Así que, en 1982, convenció a Mansour para ser socios en la nueva McLaren. Pronto llegaron los éxitos, aquel motor turbo de Porsche, que Mansour rebautizó como TAG. Fueron nada menos que 35 años de éxitos.

Dennis, capaz de dirigir y condicionar al arquitecto Norman Foster para el diseño y construcción del Centro Tecnológico de Woking, la futurista sede de McLaren, capaz de hacer cambiar toda la instalación eléctrica una vez finalizada la obra porque no le gustaba que se vieran los enchufes, comenzó a ser víctima de su gloria, de su propia paranoia. Sus torpezas para dirigir a Fernando Alonso y Lewis Hamilton, o la humillante descalificación y dolorosa multa de 100 millones por espionaje sobre Ferrari, acabaron por hundirle a pesar del título de 2008.

Ojjeh —su hija fue novia de Hamilton en el 2007— y el grupo árabe se percataron del estado de paranoia de Dennis y decidieron relegarlo de la dirección. Tras ganar en 2010 y 2012, Ojjeh cayó gravemente enfermo. Necesitó un doble transplante de pulmón. Se puede decir que regresó del más allá. Y ahora que vuelve a lucir un rostro diabólicamente juvenil, no le perdona a Dennis que despidiera a Martin Whitmarsh, Sam Michael, y «dejara irse» al jefe de ingeniería Paddy Loewe, para volver a la dirección aprovechando que él, Mansour, estaba al borde de la muerte.

Malos resultados

Desde que Ron Dennis regresó a la dirección, McLaren entró en barrena, y la situación fue prgresivamente a peor. Vodafone, Johnny Walker y Hugo Boss se han esfumado como marcas patrocinadoras, y no ha logrado un patrocinador principal para la escudería, lo que representa un grave daño económico. La racha de resultados ha dejado a McLaren en la cola de la clasificación por equipos y del reparto de beneficios. Por eso suena como sustituyo un gurú de la captación de patrocinios, o así lo califica la BBC. Se trata de Zak Brown expiloto de F-3, GT’s o Indy.

La decisión es ahora de Mansour Ojjeh, el nuevo hombre fuerte, el mismo que decidió fichar a Alonso por medio de Whitmarsh, el mismo que hizo caso al asturiano para que fuera Jenson Button su compañero y no Kevin Magnussen como pretendía Dennis.

Se va el último de los jefes de equipo de los 70, el último compañero de fatigas que le quedaba a Bernie Ecclestone en la Fórmula 1, el que podía, queda dicho, compartir con él batallitas. «Creo que es un error. Se arrepentirán. Ron es parte de la F-1», ha dicho Bernie Ecclestone en estos días, quizá porque cada vez está más aislado en este mundo de la élite del automovilismo.