Las personas con diabetes deben tener un cuidado especial para asegurar que los alimentos incluidos en su alimentación están en equilibrio con la insulina o las pastillas que se utilizan en el tratamiento de la diabetes personal, y así la alimentación contribuya a mejorar los niveles de glucosa en sangre. Esto puede parecer complicado, pero el médico debe ayudar al diabético a establecer un plan de alimentación que sea el mejor para cada uno, un plan individualizado.

Realizar correctamente la alimentación de la diabetes no solo supone no comer dulces, sino que implica también la práctica de un menú equilibrado. Comer de forma saludable permite mantener una adecuada nutrición, sin producir eleva ciones bruscas ni intensas de la glucemia, y reduce el riesgo de complicaciones de la diabetes. No existe un alimento perfecto, qu e incluya todos los nutrientes, por lo que, de forma general, se deben cumplir algunas "reglas de oro".

Es preciso comer gran variedad de alimentación, pero no gran cantidad, ingerir las calorías necesarias para mantener un peso estable, evitar el exceso de grasas de origen animal, tomar aceite con moderación y preferiblemente de oliva, comer suficientes pero no demasiados alimentos que contengan harinas o féculas y fibra (pan, pasta, legumbres, hortalizas, frutas y ensaladas) y limitar el consumo de azúcares (azúcar, miel y pastelería).

Además, el diabético debe tener en cuenta algunas recomendaciones prácticas como son no consumir alimentos con hidratos de carbono "simples" (dulces), tomar diariamente hortalizas, verduras y fruta, y comer legumbres, pasta o arroz en cantidad adecuada. El pan podrá ser blanco o integral. Es muy importante distribuir la comida de todo el día en cinco o seis ingestas, consumir preferentemente lácteos desnatados, limitar a tres el consumo de huevos a la semana y, para la preparación de los alimentos, utilizar libremente especias y condimentos ya que no tienen incidencia sobre los niveles de glucosa. Entre los consejos para cocinar y preparar los alimentos se recomienda retirar la grasa visible de la carne y la piel de pollo antes de cocinarlos y evitar fritos, rebozados, conservas en aceite, salsas y harinas. También cocinar alimentos a la plancha, horno, brasa, microondas, al vapor o hervidos, así como aumentar y potenciar el uso de verduras como guarnición, y condimentar con especias, hierbas aromáticas y ajo.

La práctica regular de ejercicio físico

El ejercicio físico es otra de las formas de tratamiento de la diabetes junto a una correcta alimentación. Dos actitudes que precisamente pueden prevenir su aparición. Preferentemente se tratará de una actividad aeróbica (caminar, bicicleta, natación, footing, fútbol...) no explosiva, de entre 45-60 minutos de duración para que sea efectiva, a poder ser a diario. El gran riesgo del ejercicio es la aparición de posibles hipoglucemias o bajadas de azúcar durante su realización, y hasta 3-4 horas tras su finalización.

Para evitar esas bajadas habrá que tener en cuenta el efecto de la medicación en el momento de su práctica, su duración e intensidad, el tiempo transcurrido desde la ingesta o comida anterior, llevar siempre azúcar o hidratos de carbono de absorción rápida. También es recomendable mantener una adecuada hidratación durante y después del ejercicio.