El anuncio de Nicolas Sarkozy del refuerzo de las tropas francesas en Afganistán ha sentado como una patada en el estómago en el hexágono. No solo lo ha desaprobado la oposición socialista, sino también la mayoría gubernamental, que quiere discutir el asunto en el Parlamento.

El primer secretario del Partido Socialista, François Hollande, ha criticado con dureza la decisión del jefe del Estado. Aunque admite que la situación en Afganistán está atascada, Hollande se mostró contrario a enviar más soldados. "Lo considero un error", afirmó ayer Hollande, al tiempo que lamentaba que se tome una decisión de este calibre "mientras no haya un calendario, un ritmo, una misión concreta".

La excandidata socialista Ségolène Royal se mostró "sorprendida" por el anuncio de Sarkozy, especialmente por haberlo realizado "ante los parlamentarios británicos". "No soy favorable al refuerzo de la presencia francesa en Afganistán en el contexto actual, en el que no conocemos los riesgos de embarrancamiento ni las garantías para proteger a nuestros soldados", declaró.

PETICIÓN DE CONSULTA En nombre de la derecha, el presidente del grupo parlamentario de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Bernard Accoyer, dijo que ha pedido al primer ministro, François Fillon, que "el Parlamento sea consultado". A su juicio, "el debate en la Cámara es indispensable".