Por problemas burocráticos, los vecinos de Codo no pudieron disfrutar de los festejos taurinos en agosto. Es por ello que el 10 de diciembre se quisieron recuperar organizando un día de convivencia gracias a la llamada Fiesta de la Oliva.

A pesar de la niebla y el frío del día, se registró una gran participación y las calles del municipio se llenaron de animación. Es por ello que la organización se muestra «muy satisfecha» por el desarrollo de este día.

Todo comenzó con el chupinazo y la salida de los cabezudos y los carretones, para continuar con vaquillas, amenizadas por la charanga. Después, toro de fuego y emboladores, baile y fin de fiesta con el homenaje a los quintos del 66. T