Mitsubishi no se anda con chiquitas y la marca no está dispuesta a ceder en una parcela en la que antaño fueron protagonistas. El segmento de los todocaminos, que ha ido mutando a crossover y SUV, siempre ha tenido en la firma japonesa a un buen representante.

La llegada del primer Outlander en el 2001 se produjo solo en el mercado japonés y lo hizo bajo el nombre de Airtrek. Luego se vendió como Outlander en el resto del mundo y en el 2006 llegó la segunda generación, fruto de la cooperación con el grupo PSA (Citroën y Peugeot). En el 2012 aterrizó la tercera generación y ahora le toca renovarse otra vez.

Mitsubishi quiere ser un jugador más en igualdad de condiciones en el segmento y por eso la marca tenía claro que debía evolucionar. El nuevo Outlander se presentó hace unos meses, pero los responsables de la marca anhelaban la llegada de una versión muy especial: el 200 MPI con caja automática CVT y tracción delantera. Se trata del modelo de acceso a la gama del Outlander y solo se va a comercializar con un único acabado: el Motion. Con ello se rebaja bastante el precio de entrada ?unos 2.000 euros? y se persigue incorporar a un cliente más joven.

Los cambios no son muchos, pero sí son relevantes. El frontal cambia ligeramente con una nueva parrilla, luces de tipo led y cromados en varias zonas del vehículo (parte inferior de las puertas y calandra). En la zaga, la ópticas varían de aspecto y se incrustan un poco más en el portón. También cambia el estilo del paragolpes, lo que hace que pueda parecer más ancho (aunque no lo es porque mantiene las mismas cotas que el anterior con 1,81 metros de ancho y 1,68 de alto). Lo que sí se ha transformado es la longitud, hasta llegar a los 4,69 metros.

Los asientos delanteros han mejorado notablemente. Son amplios y cómodos. En la parte trasera, las plazas disponen de mucho espacio para las piernas, lo que es de agradecer en viajes intermedios y largos. El maletero tiene una capacidad de 550 litros, volumen que se puede ampliar abatiendo los respaldos traseros hasta los 1.718 litros. Dispone de argollas para sujetar el equipaje y un doble piso inferior.

La rigidez de la carrocería es otro de los aspectos modificados. Este cambio se nota bastante en zonas con curvas, ofreciendo un dinamismo algo más cómodo que en la anterior generación.

Pese a que solo se comercializa en España con la versión Motion, el nuevo Outlander ofrece un buen nivel de equipamiento. Tiene elementos de seguridad importantes como el airbag de rodilla para el conductor, la asistencia de frenada y el sistema de de arranque en pendiente. También introduce elementos que en otros modelos de la competencia pueden aparecer como opcionales, como la cámara de visión trasera, las levas tras el volante y el climatizador bizona. Dispone de una pantalla táctil multifunción con conexión bluetooth.

mOTOR CON GARRA

Esta versión monta un propulsor de 2.0 litros con 150 CV y va asociado a una caja de cambios automática de variador continuo (CVT). Tiene un consumo medio de 6,2 l/100 km y tracción 4x2.

El uso de un CVT hace que el comportamiento pueda variar, aunque todo es cuestión de acostumbrarse. El motor tiene una buena entrega de potencia, tiene garra. Ofrece buen rendimiento tanto en carretera como en pistas forestales. Dispone de la opción Eco, que rebaja consumos y emisiones. El precio es de 27.400 euros y la única opción que ofrece es la pintura metalizada. H