El AVE olímpico llegó a la estación de Delicias a las seis menos cuarto de la tarde. Era el tren de las alegrías y de las tristezas. Allí viajaban cuatro aragoneses. El más contento era Víctor Lapeña. El zaragozano pasó de largo de la capital aragonesa tras lograr como segundo de Lucas Mondelo la medalla de plata con la selección femenina de baloncesto. Solo fue más fuerte el imbatible Estados Unidos. El destino del técnico zaragozano era Tarragona donde le esperaba su familia. Bajaron en Zaragoza la jugadora de hockey Begoña García con el entrenador bilbilitano César Hernandez y el desafortunado Toni Abadía, que disputó enfermo los 5.000 metros lisos.

Lapeña tenía ganas de regresar a casa después de hacer historia tras la conquista de la primera medalla en unos Juegos Olímpicos de la selección española. Estaba cansado después de un periplo brasileño tan intenso. "Estoy muy cansado. Llevo encima muchas emociones, trabajo y estrés. Tengo que canalizar todas las aventuras que he vivido e intentar bajar las pulsaciones", afirmaba contento. Apenas tendrá unos escasos días de respiro puesto que dentro de un semana comienza una nueva temporada el Mann Filter. "Ahora llegaré a casa y disfrutaré de mi familia. Nos iremos el fin de semana a la playa. Pero el miércoles que viene vuelvo a Zaragoza y el jueves comenzamos los entrenamientos con el Stadium Casablanca. Pero a Luci Pascua le he dado dos semanitas de descanso tras su participación con el equipo", afirma el zaragozano.

Eran los segundos Juegos de Lapeña tras los de Pekín en el 2008. La experiencia en Río ha superado sus expectativas. "En la Villa Olímpica nos atendieron muy bien. El ambiente ha sido muy bonito en una competición que es diferente a todas las demás. Ha sido impresionante lo de Usain Bolt. Pero de todo lo que he vivido me quedo con la ovación de la delegación española el día que llegó al comedor el marchador Jesús Ángel García Bragado. Es una persona tan dedicada al deporte que ha disputado siete Juegos Olímpicos", recuerda Víctor Lapeña.

El entrenador llegó a su casa sin la medalla de plata. El Comité Olímpico Internacional solo entrega doce metales a los deportistas. "Pero la Federación Española nos hará una réplica al cuerpo técnico de la selección". El balance fue el mejor posible para España. El objetivo era lograr un metal. "Ha sido muy por encima de lo esperado. Gracias al sacrificio y la fe, es la primera vez en la historia que se ha logrado un podio", reconoce.

LA CLAVE DEL ÉXITO

En la primera fase fue clave el triunfo frente a Serbia. "De esta manera nos clasificábamos segundas de grupo y solo veíamos a Estados Unidos en la final. Después las serbias eliminaron a Australia, un equipo que nos viene peor". Más tarde llegó el milagro frente al combinado turco en cuartos de final. "Fueron por delante 38 minutos, pero a dos y medio del final cambiamos los bloqueos, precipitaron los tiros y se colapsaron. Y a cuatro segundos del final Anna Cruz metió la canasta de la victoria medio cayéndose", explica Lapeña.

España llegó a la final frente a Estados Unidos con los deberes hechos y sabiendo que las norteamericanas ganarían sí o sí. "Hay poco que decir. Hacen lo que quieren con los partidos y yo las compararía con el equipo de Jordan y Bird de Barcelona 92. El primer cuarto comenzamos muy bien. Pero pusieron la velocidad de crucero y pasaron por encima de nosotros".

Junto a la calidad del equipo norteamericano, el entrenador zaragozano apunta que los árbitros que dirigieron el encuentro valoraron algunas jugadas con diferente criterio. "Hay árbitros que lo hacen mejor y otros que lo hacen peor. Ellos dirigen el partido con un tipo de reglamento. A las americanas les favorecen una serie de cosas como los pasos o el contacto físico".

Lapeña cree que a medio plazo es un equipo imbatible. "Llevan mucho tiempo juntas y no es nuestra guerra. Nosotros tenemos que luchar con los equipos europeos. De aquí a cinco años seguirán ganando todas las finales. Pero cuando se jubilen y, si nosotros tenemos unas buenas generaciones, les podemos ganar", apunta optimista.