El Auditorium zaragozano que algo tiene de estética romana con su pórtico columnado, va cumpliendo años, cerca de 25, por él han pasado grandes figuras de la música y del canto, y todos han coincidido en destacar las grandes cualidades acústicas que tiene, aunque no estuvo exento de polémica en su construcción, como así lo destacó el que fuera alcalde de Zaragoza Juan Alberto Belloch, diciendo que la historia del auditorio es la «de un gran escándalo convertido en un gran éxito», aún así, para los ciudadanos supuso un punto de inflexión, un punto de cambio de concavidad a convexidad en la cultura aragonesa cuando empezamos a disfrutar de conciertos, de solistas y directores como Zubin Mehta o Sakari Oramo, un largo etcétera que acotaría este espacio de nombres y orquestas importantes. Actualmente la asistencia de público no es tan profusa, quizá el público se ha vuelto más selectivo y acude solo masivamente cuando son conciertos de la categoría de la Chamber Orchestra of Europe con Yuja Wang al piano, o de la London Philharmonic Orchestra con su extraordinario director Vladimir Jurowski, lo cierto es que en esta nueva etapa que se aproxima con la elección de un nuevo director, al haberse jubilado el infatigable y experto Miguel Ángel Tapia, se espera con cierta expectación por el elenco de ilustrados profesionales que componen el jurado que habrá de elegir el próximo director. El seleccionado, además de traer un proyecto atractivo y de calidad, también ha de tener el apoyo económico necesario para que los Grandes Conciertos, por ejemplo, mantengan el nivel artístico que el público espera, fiel reflejo del resto de la programación, de otra manera los ciclos que se den irán perdiendo interés y la rentabilidad tendrá una derivada negativa.

*Pintora y profesora de C.F.