Cuando los vientos son desfavorables y existe peligro de perder el rumbo, es necesario demostrar la capacidad para enfrentar una situación poco esperanzadora. Muchos caen en el desaliento; otros ven entonces una oportunidad, un desafío en el que será preciso entregarse a fondo; los tiempos de crisis son propicios para engendrar soluciones nuevas a viejos problemas. Justo lo que necesitan quienes poseen ese talante emprendedor que les impulsa a abrir nuevos caminos.

Existen muchas maneras de llenar el frigorífico, desde la compra cotidiana en las tiendas de la vecindad a la visita periódica a grandes superficies; merced a las nuevas tecnologías algunos centros empresariales facilitan la compra vía internet con entrega domiciliaria, modalidad en auge, pero que exige una estructura inaccesible en la práctica para el pequeño comercio, al que se le veda una de las más importantes fórmulas de expansión, cuando lo que está en juego no es ya su desarrollo sino la propia supervivencia. Pues ese es, precisamente, el nicho de mercado en el que se desenvuelve La Cesta Roja.es, estableciendo un puente entre los proveedores de productos frescos de alimentación y los consumidores, algo así como hacer la compra por estos y llevársela a casa. La bondad y calidad del servicio ha propiciado su rápida divulgación, de la que recientemente se hacía eco Carlos Espatolero desde su programa sobre las iniciativas que refrendan el carácter emprendedor.

Es uno más entre muchos ejemplos de enérgica e inspirada resolución, fuerza que se hace más imprescindible cada día en un mundo sometido a una evolución acelerada y a grandes cambios que exigen un esfuerzo permanente de adaptación. Escritora