En el Ayuntamiento de Zaragoza hay un serio problema de gobernabilidad. Zaragoza en Común necesita el apoyo de al menos otros dos grupos para salvar las votaciones en los plenos, y normalmente éstos son el PSOE y CHA. Cuando uno de los dos no se siente concernido por un asunto sujeto a votación, deja al equipo de gobierno en minoría. Es el pan nuestro de cada día en el consistorio: la resultante de la fragmentación. Ahora bien, cuando sucede en un tema crucial como es el Plan Económico Financiero, la cosa es más grave. Y ayer ocurrió con Chunta, cuyo edil Carmelo Asensio se sintió al margen de un acuerdo bilateral entre PSOE y ZeC. De este modo, el Gobierno tuvo que aprobar en solitario, tras el revolcón en el pleno, un plan que supone recortes en todos los capítulos menos el de pago de la deuda.