Otro autobús urbano ardió ayer en plena calle en Zaragoza, en el Actur. La combustión espontanea que se genera en algunos vehículos de la flota de transporte público ya no puede considerarse una incidencia puntual. Desde el 2013 ha ocurrido en una veintena de ocasiones, la mitad de ellas el pasado año y la mayoría de los buses afectados pasaban de los 14 años de servicio. Es de sentido común establecer un vínculo entre ambas casuísticas. Legalmente, el límite para seguir circulando está en los 16 años, al incrementarse en uno en la última adjudicación de la contrata. La renovación de la flota es imperativa. Ayer comenzó a circular el primer bus eléctrico, casi como un sarcasmo mientras otro ardía.