Mucho ha evolucionado internet desde sus orígenes en la década de los 60, como respuesta a las necesidades de interconexión de científicos radicados en distintos centros de investigación. Hoy internet (la www, pero también el correo electrónico, los protocolos de transmisión de archivos o los populares chats) está de lleno en nuestras vidas; tanto en el ámbito laboral como en el lúdico, sobredimensionando su primigenia utilidad al servicio exclusivo de la ciencia. Son de sobras conocidos los buscadores de internet, las redes sociales, las sedes electrónicas de la Administración Pública o los medios de comunicación digitales. Los usuarios de internet se multiplican de forma exponencial día a día.

Sin embargo pocos se preguntan quién controla internet; o mejor dicho ¿alguien controla internet? La respuesta es, a un tiempo, fácil y compleja. Es fácil si atendemos al aspecto meramente tecnológico: internet es un conjunto de ordenadores conectados entre sí que se comunican mediante unos protocolos (TCP/IP); un sistema descentralizado por el que circula información de forma bidireccional.

No obstante, si atendemos a los aspectos jurídicos y sociológicos la respuesta se hace más compleja. Por un lado se encuentran los denominados recursos críticos: la gestión del sistema de nombres de dominio, la asignación del espacio de direcciones numéricas del protocolo internet (IP), la asignación de parámetros de protocolo, y la gestión del sistema de servidores raíz, la columna vertebral de internet, responsabilidad de la ICANN (Internet Corporation for Asigned Names and Numbers) empresa privada radicada en California (EEUU); y por otro lado cuestiones tan relevantes como la privacidad de las personas, la jurisdicción competente contra el ciberdelito, la inclusión digital, la protección de los derechos humanos y, especialmente, la protección de la infancia, o el tratamiento de los derechos de autor sobre los contenidos digitales.

Todas estas cuestiones requieren de grandes consensos entre los gobiernos, pero estos no son los únicos implicados. Es imprescindible contar también con la opinión de otros actores interesados: el sector privado, la academia y la sociedad civil (los usuarios, las oenegés y las asociaciones de usuarios de internet); en definitiva, internet es cosa de todos, y todos podemos y debemos intervenir en los debates sobre el futuro de internet, sus normas y el régimen de responsabilidades (alterum non laedere).

Consciente de la realidad multiactoral (multi-stakeholder) de internet, Naciones Unidas promueve en 2005 el Foro de Gobernanza de Internet (Internet Governance Forum) al objeto de crear un espacio de debate permanente donde todas las partes interesadas en internet se involucren en su gobernanza; esto es, en el desarrollo y aplicación de principios, normas y procedimientos de adopción de decisiones relativos a la evolución y utilización de la red de redes.

El capítulo español del Foro de Gobernanza de Internet nace en 2008, bajo la coordinación del catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Sistemas Jorge Pérez Martínez y con el apoyo de Telefónica. Seis años más tarde, el IGF España (http://www.igfspain.es) está totalmente consolidado y se ha convertido, gracias al trabajo de su grupo asesor, en un referente mundial. Este año la jornada anual del Foro de Gobernanza de Internet en España se celebra en Zaragoza hoy y mañana en el edificio Etopia, en un momento especialmente relevante en el que está en juego el futuro de internet tal y como lo conocemos hasta ahora.

LAS FILTRACIONES de espionaje reveladas en el caso Snowden, que motivaron la NET mundial de Brasil a instancias de la presidenta Dilma Roussef, el acuerdo entre esta y la Unión Europea para tender un cable submarino de fibra óptica entre Fortaleza y Brasil, o el anuncio por parte de la administración estadounidense de crear una internet de dos velocidades han tensado las ya difíciles relaciones internacionales en torno al control de los recursos críticos, y existe un riesgo real de desaparición de la neutralidad de la red y de balcanización de internet. A esto se suma la sentencia del Tribunal de Estrasburgo relativa al derecho al olvido o la polémica suscitada en nuestro país respecto a la utilización de Twitter.

Nos encontramos, en definitiva, en un momento crítico en el que las IV Jornadas del Foro de Gobernanza de Internet pueden ser un instrumento útil para buscar soluciones en un espacio de debate abierto entre todos los actores interesados, y cuyas conclusiones, los mensajes de Zaragoza, reportarán al Gobierno de España y a las instituciones internacionales. La página web de las jornadas permitirán ampliar conocimientos y enfoques: http://www.jornadaigf.es.

Presidente de la Fundación Gobernanza Internet