El Institute for Policy Studies (IPS) y el Transnational Institute (TNI), centros internacionales de investigación política, que trabajan por un mundo más justo, democrático y sostenible, se han sentido satisfechos porque el Departamento de Estado estadounidense haya desclasificado los documentos relacionados con el asesinato el 21 de septiembre 1976 por el estadillo de un coche bomba en Washington D.C. de dos de sus miembros por orden de la dictadura chilena. Se trata de Orlando Letelier y Ronni Karpen Moffitt. Letelier, exembajador del Chile en los Estados Unidos y director del IPS. Moffitt una joven estadounidense de 25 años, que trabajaba en el IPS como investigadora. Los dos institutos defienden hace mucho tiempo que Pinochet estaba implicado en este atentado, mas los documentos publicados recientemente le acusan directamente.

En un memorándum de 1985 al presidente Ronald Reagan, el entonces secretario de Estado, George Shultz, informó de que la CIA tenía «pruebas convincentes» de que Pinochet había ordenado personalmente los asesinatos. «Es un ejemplo patente de la implicación directa de un jefe de Estado extranjero en un acto de terrorismo de Estado, un caso muy grave porque sucedió en la capital de nuestro país y se tiene al Gobierno chileno por amigo», escribía Shultz.

El 10 de septiembre de 1976, Pinochet revocó la ciudadanía a Letelier, que había sido nombrado por Salvador Allende en 1971 embajador de Chile en los Estados Unidos, con la delicada misión de representar las decisiones del Gobierno de Chile en el proceso de nacionalización de la gran minería del cobre y luego ministro del Gobierno. Tras ser apresado y torturado por la dictadura se exilió a los Estados Unidos.

El mismo día de la retirada de su ciudadanía Letelier llenó el auditorio del Madison Square Garden de New York en una concentración anti-Pinochet acompañado por Joan Báez, en la que dijo: «Yo soy chileno, nací chileno y moriré chileno. Ellos, los fascistas, nacieron traidores, viven como traidores y serán recordados siempre como fascistas traidores».

Para conmemorar el 40 aniversario del asesinato de Letelier-Moffitt, Michelle Bachelet tras asistir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, ha encabezado las tres ceremonias organizadas en memoria del ex ministro.

La primera el 22 de septiembre, la visita al mural «Todas las Manos», que consta de cinco bloques en los que se representa a Letelier y Moffitt, además de Rodrigo Rojas de Negri, joven fotógrafo quemado por una patrulla militar en Chile en 1986. Es una obra realizada por el artista e hijo del ex canciller, Francisco Letelier, que se ha desplegado en el Katzen Museum, de la American University, en Washington D.C., ante la presencia de su familia. Francisco, que tenía 17 años cuando murió su padre ha dicho: «La primera cosa que nos dijo nuestra madre fue: «Mataron a su padre y no quiero que esto les enseñe a odiar. No es que no esté enojado, pero lo último que quiero ser es una persona que sólo piensa en venganza. Sería la gran victoria de la dictadura».

La segunda, la ceremonia oficial en Sheridan Circle, donde existe una placa conmemorativa con la inscripción «Justicia, paz, dignidad», en el punto exacto del asesinato, en la llamada Embassy Row, la zona de las embajadas en Washington. En ese acto, el gobierno de EEUU ha entregado nuevos documentos desclasificados sobre el caso Letelier a la jefa del Estado, Bachelet. Esta en el acto ha destacado de Letelier: «Su capacidad de unir a la gente, su liderazgo y estatura moral fueron lo que precisamente más temía la dictadura. Esas características lo han elevado más allá de su muerte y por encima de la cobardía de sus asesinos».

La tercera, la inauguración de la exposición-homenaje a Letelier «Yo nací chileno, yo soy chileno, moriré chileno» en el Marcus Garvey Hall, sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington DC, en un esfuerzo conjunto entre el Museo de la Memoria, la Embajada de Chile en Estados Unidos y la familia Letelier Morel. Entre los objetos que se exhiben está el volante de su postulación como delegado a la FECH (Federación de Estudiantes de Chile) en su época universitaria; el tazón y la bolsa de encomiendas de Letelier durante su confinamiento en el campo de concentración de Isla Dawson; el afiche del concierto de Joan Báez en el Madison Square Garden...No obstante, Letelier-Moffitt ya son recordados por el Premio en defensa de los Derechos Humanos en las Américas que lleva su nombre, creado en 1978 por IPS. En el 2014 fue la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de los DDHH, pionera en la documentación de agresiones en su contra, con una perspectiva de género. Y en el 2015 la española Almudena Bernabeu y el Centro de Justicia y Responsabilidad que han defendido a las 70.000 víctimas de la brutal represión en El Salvador, incluyendo la masacre de seis sacerdotes jesuitas, de su ama de llaves y su hija en 1989 por agentes del ejército salvadoreño. Según Peter Kornbluh, miembro del Comité Letelier-Moffitt: «Poco a poco, se están empezando a ver grietas en el muro de la impunidad que eventualmente lo derrumbarán». No es el caso español. H

* Profesor de Instituto