En agosto, gafas de sol. Lo cual me plantea de entrada un dilema: con estos anteojos puestos, ¿cómo podría comentar en serio la comparecencia de Rajoy ante el Congreso de los Diputados?; pero si me tomo la cosa a cachondeo, ¿no sería una frivolidad, dado que ayer se escenificó de manera sobresaliente el deshueve absoluto que impera en el sistema?

Cuando empezó a ser famoso, Mariano parecía un señor muy serio y muy de orden, registrador de estilográfica y tertuliano melancólico. Pero hace ya tiempo que enseñó su verdadera personalidad. En realidad es un bromista, un jeta y un genial autor de monólogos destinados a convertir el Parlamento en el club de la comedia. Oírle hablar de Bárcenas y de lo bien que empieza a ir la economía podía parecer un espeluznante ejercicio de cinismo político. No hay tal. El gran jefe del PP estaba ayer graciosísimo, y a veces el gozo le asomaba a los ojos alegrando durante una fracción de segundos esa solemne cara (¿a lo Eugenio?) que pone cuando sube a la tribuna de oradores. "Me equivoqué", frase de moda. "Fin de la cita", guiño a los espectadores. Para troncharse: en el PP no hubo contabilidad B, los 48 kilates de Luis el Cabrón eran la sisa de la chacha, los sobresueldos... ¿qué sobresueldos?, los sms... ¿de qué me habla usted? Y cuidadín con la presunción de inocencia. Murámonos de risa.

Los más impresionables creyeron ver en esta comparecencia la evidente podredumbre del sistema y el mentiroso descaro de un Gobierno que ha hecho de la simulación y la falsificación su manera de estar en el poder. Los más pesimistas se preguntaban cómo podrá impedirse que Mariano y sus cuates hagan lo que les plazca frente a una oposición tan débil (Rubalcaba es un personaje absolutamente inadecuado, Lara carece de recursos, Díez está muy lejos de ser tan supervirguera como ella se cree). Pero no hay que tomarse la situación a la tremenda. Todo es un chiste. Por eso Rajoy habla de democracia y transparencia. Por eso acabamos de saber que 40.000 millones del FROB (que íbamos a recuperar de los bancos) los vamos a poner a escote. ¡Ja, ja, ja! Ja.