Además de ser el título de una canción del grupo heavy Extremoduro, cuando uno escucha esa expresión no puede sino imaginar a alguien que trata de abandonar algún vicio, soltar lastre o cambiar de postura. Como Lambán, que deja alguno de los tres cargos que tantos años simultaneó. Ya no le compensa ser alcalde de Ejea, diputado provincial en Zaragoza y en las Cortes de Aragón. "Muchas horas, bastantes quebrantos y un único sueldo". Una humilde decisión, a la que seguro llega, ayudado por el estrepitoso fracaso de su amado PSOE. Le sigue la estela el consejero de moda, Mario Garcés, que se está quitando del medio y del tirón más de 70 empresas públicas. Todo para cumplir con ese plan de ahorro, eficiencia y racionalización que tanto cuestionan CHA e IU, por "poco realista" , o por no especificar que se va a hacer con las empresas "cortijos del PAR". A la liga se suma Humberto Vadillo, que dicho sea de paso, nada tiene que ver con una servidora. Prometió "transparencia y rigor en la gestión" y no hay manera de que responda a la pregunta de CHA sobre con qué colectivos se ha reunido y para qué. No tiene sentido presumir de tener "más de 107 reuniones en menos de 100 días" y luego poner trabas a la transparencia informativa. Pero la palma se la llevan las filiales zaragozanas del RACC, que para enmendar su desafortunada política de precios, una clara muestra de discriminación sexual, no se les ocurre otra cosa que compensar a las chicas con una sesión-regalo de maquillaje para equiparar matrículas.

Periodista y profesora de Universidad