Mis compañeros de la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) levantan sus voces por toda España indignados ante lo que está pasando en Santiago de Compostela, donde una niña de doce años parece condenada a una agonía larga y dolorosa. El caso es increíble. Me preguntaron por ello algunos colegas, y mostré mi fatiga y mi dolor por tener que explicar una vez más lo obvio: cuando un equipo médico se empeña en mantener los soportes vitales de un enfermo incurable y en estado terminal, y en no combinar sedantes y analgésicos potentes para dulcificar y abreviar el final inevitable, está faltando a sus obligaciones éticas, actuando al margen de toda praxis razonable e incumpliendo la ley. Los encarnizamientos terapéuticos equivalen a lo que el Código Penal tipifica como secuestro y tortura. Por desgracia son más habituales de lo que se quiere reconocer.

En el caso que comento no se trata de practicar una eutanasia, sino de proceder a una sedación terminal, protocolo que debería ser de obligado cumplimiento. ¿O es tan difícil distinguir entre la piedad y el sadismo?

No crean que esto sólo sucede en Galicia. Como activista de DMD he conocido en Aragón casos horribles. Por ejemplo el de un tocayo mío, afectado por una enfermedad degenerativa, que agonizaba en condiciones indescriptibles en una localidad próxima a Zaragoza. Mientras, su médico de cabecera le animaba a quemar "hasta el último cartucho". Por suerte, a ese facultativo (o lo que fuese) le sustituyó durante las vacaciones un auténtico profesional. Éste, espantado ante la situación, derivó al paciente a los equipos de cuidados paliativos... Y por fin, tras años de sufrimiento, aquel pobre hombre pudo sentir el benéfico efecto de los fármacos adecuados y acabar sus días sin más padecimientos.

¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Para qué sirve la Ley de Autonomía del Paciente y sus complementarias leyes de muerte digna? ¿Cuándo se legalizará y regulará la eutanasia (en el verdadero sentido del término)? ¿Qué gente malvada se sigue empeñando en hacernos morir como perros abandonados?... Ni me lo explico.