Lejos de los temores iniciales, la crisis económica no ha supuesto un incremento de la criminalidad en Aragón. Es más, hasta el año pasado los delitos no han hecho más que bajar. La inercia positiva ha parado sobre todo por el alza de robos en inmuebles. El dato, conocido ayer, coincide con la desarticulación de una banda de ladrones que actuaba en naves industriales de Zaragoza por el método del butrón. Accedía a las propiedades cuando sus moradores o inquilinos no se encontraban dentro y las desvalijaban, llevándose dinero u objetos de valor. Un buen golpe que redundará en que el ligero repunte en las infracciones (de 9.414 en el primer trimestre del 2016 a 9.493 este año) no se convierta en tendencia.