Parece que soplan nuevos vientos en el aeropuerto de Zaragoza que podrían hacer despegar el tráfico de pasajeros. Cuatro compañías aéreas de bajo coste --una con fecha ya para sus primeros vuelos y otras tres con la fundada pretensión de hacerlo en breve-- han elegido las instalaciones de la capital aragonesa para enlazar con ciudades con algunas de las cuales ya tuvieron conexión. No es mal síntoma si como parece las compañías que operan vuelos baratos representan ya casi el 80% del tráfico total de viajeros. Teniendo en cuenta que los aeropuertos y aeródromos han proliferado en los años de bonanza como las setas, no está de más que los nuevos destinos se diseñen no solo en función de la demanda, sino también de la oferta que hacen los vecinos. Ya solo falta que, si quieren competir con el tren, ajusten los precios.