Avalancha de promesas electorales, pero contadas referencias a los desahucios. Aunque a muchos se les haya olvidado, ahí afuera se sigue triturando socialmente a miles de familias machacadas económicamente en los últimos meses. La desvergüenza de algunos es superada, incluso, por los tejemanejes de los llamados fondos buitre. De esos fondos de inversión que compran, entre otros activos, viviendas sociales para rentabiilizar mejor la operación. ¿Cómo? Muy sencillo. La administración --sí, la administración-- se deshace de un paquete de viviendas públicas, las compra el 'fondo buitre' y, en un abrir y cerrar de ojos, se puede sube el alquiler a los propietarios. El desenlace se lo pueden imaginar: familias obligadas a dejar sus casas ante la imposibilidad de hacer frente al nuevo alquiler.

Estos días están saliendo a la luz varias historias, todas incalificables. La de Wilson, su mujer y sus tres hijos, el menor de un mes y medio, es inmoral e intolerable en un país como éste. Ocurrió el pasado 23 de enero en Vallecas, Madrid. Siete furgones de la Unidad de Intervención Policial acudieron a casa de esta familia para cumplir con la orden judicial: la de echarles de casa. Vivían en un piso de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) en régimen de alquiler social. El paro les impedía hacer frente al alquiler, pero el impago fue a más después de que la EMVS vendiera todo el bloque a un fondo buitre. Incrementaron el alquiler hasta un 42%, y a la calle.

En estos momentos, hay miles de Wilsons en nuestro país. ¿Nadie va a hacer nada? De momento, los únicos que han dado un paso adelante han sido 13 vecinos de Carabanchel. Ellos, como Wilson, también son carne fresca de la que nutrirse. Como hay muchos políticos con los oidos taponados, los afectados gritan en forma de calendario. Sin ropa para no vivir sin casa, ése es su llamamiento ante el desahucio que ya asoma las orejas. Su caso es igual de sonrojante: viviendas de protección oficial que el consistorio madrileño vendió a uno de esos fondos. Ya saben, rentabilidad a costa de desnudar al otro.

Repito, ¿nadie va a hacer nada? ¿Nadie va a proteger a todas estas familias desamparadas? El alud de desahucios tiene pinta de ser devastador, porque solo en la Comunidad de Madrid se han vendido 5.000 pisos con esas características. Los buitres siempre recorren largas extensiones hasta que dan con la carroña. Y la carroña, una vez más, son los ciudadanos más indefensos. Periodista