Bienvenida sea la medida adoptada entre el Gobierno aragonés y la concesionaria Avasa, que explota la AP-68, por la que se fomenta el uso de la autopista hasta Alagón y Gallur a precios reducidos, la mitad para ser exactos, ya que el viaje de vuelta en el mismo día será gratuito. La DGA financia el 80% del coste estimado que rondará los 2,5 millones de euros anuales; Avasa se hace cargo del resto. Se trata de favorecer el uso de la AP-68 y --sobre todo-- de sacar de la N-232 el mayor tráfico posible hasta que se ejecute el desdoblamiento. La implicación de Fomento está por ver, pero ahora hay que focalizar la vista en la N-II, entre Fraga y Alfajarín. El otro tramo siniestro.