La celebración de la patrona de la Guardia Civil en la plaza del Pilar se convirtió, más allá del tradicional reconocimiento a este cuerpo, en un acto que atrajo a cientos de ciudadanos en defensa de la Benemérita y en días tan complejos como los que se viven por la situación en Cataluña. De paso, la presencia del alcalde Pedro Santisteve fue mayoritariamente contestada y sufrió abucheos y peticiones de dimisión. No era el sitio ni el acto adecuado. El problema de la independencia de Cataluña no es del alcalde de Zaragoza. Calma, que vienen días de muchas aglomeraciones.