El PSOE aragonés teme que el agua se convierta en una moneda de cambio, aunque sea menor, en la negociación para formar gobierno en Madrid. Preocupa que Pedro Arrojo imponga en el grupo de Podemos su visión hidráulica, o que Ciudadanos desempolve viejas ideas trasvasistas. Los socialistas son conscientes de que cualquier concesión "errónea" en los acuerdos podría ser muy perjudicial para la tranquilidad de Javier Lambán en la DGA.