Las constantes lluvias de las últimas jornadas, con la participación del deshielo, acabarán transformando la riada del Ebro en extraordinaria el fin de semana, con consecuencias similares a la del 2015. Una previsión que ha puesto en alerta todos los dispositivos de prevención, desde la DGA, los ayuntamientos o la CHE. Es el momento de evitar males mayores y minimizar los daños, aunque ya haya voces que recuerden reclamaciones incumplidas.